"La risa arrasa como un 'tsunami"

La Ribot (Madrid, 1964) es una obra de arte total. Artista, bailarina y coreógrafa, ha mostrado sus representaciones en los principales escenarios del mundo. Premio Nacional de Danza en 2001, hace piezas (no le gusta el término performance) que se coleccionan como momentos. En 2003, bajo el título de Panoramix, reunió todas sus piezas distinguidas en un espectáculo de tres horas que se representó en la Tate Modern de Londres, el Museo Reina Sofía de Madrid y el Centre Pompidou de París. Hoy, en la Galería Soledad Lorenzo (wwwsoledadlorenzo.com) protagoniza la obra Laughing hole, seis horas de risas contra la crueldad creada en origen para Art Unlimited, en la última feria de Basilea. Acompañada de las también artistas Marie Caroline Hominal y Delphine Rosay, jugará con un texto fragmentado en 900 paneles.

Además, durante dos días, La Casa Encendida proyectará una selección de sus Piezas distinguidas, sus obras más famosas que fueron realizadas entre 1993 y 2003. Se trata de piezas muy cortas situadas en la frontera de la danza y arte visual. Sus representaciones originales fueron vendidas al precio medio de mil dólares.

Pregunta. ¿Hay un tema unificador en esta pieza?

Respuesta. Hay tres asuntos. Uno es personal y tiene que ver con el tiempo (crecer, pasar de los 40). El segundo tema es mi perplejidad ante cosas que suceden en el mundo y que son de una crueldad terrible, como es lo que ocurre en Guantánamo. El tercer tema es la obra en sí, la ocupación del tiempo y el espacio.

P. ¿Qué papel tienen las risas de los espectadores?

R. Esas risas serán lo único que quede. Me gusta porque la risa avasalla el cuerpo. Por primera vez haremos un documento sonoro. Octavio Paz decía que el humor convierte en ambiguo todo lo que toca. Creo que la risa es un tsunami que arrasa cualquier significado. Vivimos un momento muy violento y las risas pueden hacer que desaparezca.

P. ¿Cómo provocarán la risa?

R. Con la danza, los gestos y jugando con los textos de los paneles.

P. ¿El texto es también obra suya?

R. Escojo las palabras de las frases de los carteles. La representación es muda, pero durante la actuación, la gente va leyendo los carteles. Me gusta jugar con palabras que combinen. Por ejemplo, agujero. Es una palabra que tiene que ver con lo sexual, con un túnel de la risa, con la oscuridad de una cárcel. Hay muchas palabras que me gustan porque me dan mucho juego: bar (es la risa, la fiesta), anónimo (las guerras), impotencia (soledad ante el mundo).

P. En La Casa Encendida se proyectan algunas de sus piezas distinguidas. ¿No se pierde la esencia de su obra?

R. La pieza no está editada y se ve como si fuera el original. La cámara sigue mis contorsiones de forma que el espectador girará la cabeza para ver a través de mis piernas o sobre mis hombros como si estuviera en directo. No pierde la esencia porque es una proyección para un museo.

P. ¿Qué entiende por vender momentos?

R. Que cada obra es única e irrepetible con una sola visión posible. Por eso valoro el hecho de actuar.

P. ¿Cómo se comercializan esos momentos, su producción artística?

R. Al principio, sólo cobraba a mis padres, a mis hermanos. Pero luego fueron apareciendo compradores.

P. Pero su obra no la ve una sola persona.

R. No, pero se hace constar, de diferentes maneras, quién es el propietario de ese momento. Puede ser un simple cartel a la entrada, pero todo el mundo lo sabe.