"Me siento afortunado, sólo está herida leve"
Las familias reciben emocionadas a los supervivientes del atentado de Yemen
Habían ido llegando con cuentagotas desde las ocho de la tarde del martes a un hotel cercano al aeropuerto de Barajas, el mismo donde esperaron noticias durante días de angustia los familiares de las víctimas de otro atentado terrorista, el de la T-4 el 30 de diciembre del año pasado. Hacia las 6.15 de la mañana, poco antes de salir del hotel camino de la base aérea de Torrejón, David Alonso, de 38 años, único hijo de la catalana Júlia Vilaró, reparaba en lo cerca que había estado su madre de ser una de las siete víctimas mortales: "Me siento muy afortunado, sólo tiene heridas leves". También Soledad Díez, hermana de la vizcaína María Estíbaliz, una de las heridas, respiraba aliviada: "hemos tenido mucha suerte".
María Asunción Vitorica permanece hospitalizada en Saná en estado "muy grave"
Uno de los heridos graves es Esteve Masó, viudo de una de las víctimas mortales
Alonso y la familia Díez forman parte de los 30 familiares de las víctimas del atentado terrorista de Yemen que pasaron una noche de angustia alojados en el hotel. Los
allegados de los que no sobrevivieron, no quisieron hacer declaraciones. "Están tranquilos, con la tragedia asumida", aseguró un funcionario del Ministerio del Interior. Un equipo de trabajadores sociales de la dirección General de Víctimas del Terrorismo y otro de psicólogos de Cruz Roja acompañaron a los familiares toda la noche. "Pero lo duro llega en casa, aquí se hace de tripas corazón", matizó Juana del Río, madre de María Estíbaliz.
El Airbus de la Fuerza Aérea Española aterrizó en la base de Torrejón a las 7.15 horas. A bordo, los féretros de los siete españoles muertos el lunes en el atentado suicida en Yemen y los cinco compañeros que sobrevivieron al ataque y que han sufrido graves heridas. Mucha gente bajó del avión: un grupo de siete médicos y enfermeras, dos miembros de la policía científica, el responsable de la agencia que organizó el viaje y una decena de miembros de la delegación de los ministerios de Asuntos Exteriores, Sanidad, Interior, e Industria y Turismo encabezada por el ministro Joan Clos.
A pie de pista aguardaba el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos y el vicepresidente del Gobierno catalán, Josep Lluis Carod- Rovira, acompañado por el delegado de la Generalitat en Madrid, José Ignacio Cuervo. Los familiares se acomodaron dentro de la base, atendidos en todo momento por los psicólogos. Los Príncipes de Asturias, acompañados por la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, acudieron posteriormente al hotel para dar el pésame personalmente a todos los familiares de los turistas fallecidos, cinco catalanes y dos vascos.
No pudo acompañar a sus compañeros de viaje en el regreso a España María Asunción Vitorica. Se encuentra en estado "muy grave", según explicó un cargo de Exteriores, tras ser intervenida el martes por segunda vez en 24 horas en el hospital Athawra, de Saná, debido a múltiples heridas de metralla en la cabeza a consecuencia de la explosión. A mediodía se desplazó hasta Yemen otro avión oficial con dos hermanas de Vitorica y un neurocirujano español del hospital militar Gómez Ulla de Madrid que podría intervenirla de nuevo. Con ellos viaja, en su primera misión, el Equipo Policial conjunto de Apoyo ante Grandes Ataques Terroristas, formado por siete expertos en información, policía científica y explosivos (Tedax) de la policía y la Guardia Civil, que colaborarán con las autoridades policiales y judiciales yemeníes en el esclarecimiento del atentado.
Dos de los cinco heridos que llegaron ayer a Torrejón bajaron del avión por su propio pie y otros tres lo hicieron en camilla después de que un médico los examinara dentro del aparato. Sus familiares apenas pudieron darles un abrazo antes de que los llevaran al hospital militar Gómez Ulla para un nuevo reconocimiento. En cuanto los heridos abandonaron la base aérea, siete coches fúnebres rodearon el avión y se llevaron los ataúdes de las víctimas mortales al Instituto Anatómico Forense de Madrid para su identificación.
Tres de los heridos quedaron ingresados en el hospital, dos ellos con pronóstico grave aunque sin "ningún órgano vital afectado", indicó Exteriores. Según el parte médico del hospital Gómez Ulla, uno de los heridos más graves "presenta fracturas múltiples en extremidades así como erosiones en cara, cuello y miembros superiores". El otro herido grave, "politraumatismo con múltiples erosiones y abrasiones en cara, cuello y tórax", y el herido con pronóstico leve tiene "heridas incisivas en rodilla derecha" y será dado de alta previsiblemente hoy. Esteve Masó, esposo de Marta Borrell, la profesora de Girona que falleció en el atentado, permanecerá ingresado unos días más en el hospital Gómez Ulla hasta que su estado clínico permita el traslado.
Las otras dos heridas en el atentado del lunes, María Begoña Larrabeiti y Eva María de Mena, ya están en casa. Fueron dadas de alta ayer y aterrizaron en el aeropuerto de Bilbao pasadas las 19.30 horas con múltiples vendas y heridas y ante una decena de familiares y amigos, informa Carlos Garrido.
Júlia Vilaró, médico de familia de un hospital de Barcelona, fue trasladada ayer por la tarde, a petición propia, al hospital Vall d'Hebrón, donde en breve será intervenida de una fractura en el tobillo derecho. También sufre lesiones en el talón izquierdo y numerosos cortes provocados por la metralla, especialmente en los brazos.
Su hijo David Alonso resumía así la experiencia de su madre: "Lleva viajando toda la vida por todo el mundo. Por supuesto que era consciente del peligro de viajar a Yemen, de la práctica habitual de secuestros, pero ¿y qué?, también pasa en Londres o en Madrid", recuerda. "Además, la agencia llevaba 15 años haciendo el mismo recorrido y jamás había pasado nada", insiste.
Tres de los siete féretros de las víctimas partieron anoche del Instituto Anatómico de Forense de Madrid a Badalona (2) y Valladolid (1), informa Pere Ríos.
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