Un incendio provoca el desalojo de 3.000 personas, la mayoría turistas, en Mont-roig
Otro fuego llevaba ayer calcinadas más de 200 hectáreas entre Súria y Cardona
El primer incendio forestal de la temporada causó ayer un caos monumental en el sur de Cataluña. Un fuego, probablemente originado por unos operarios en la urbanización Bonmont de Mont-roig del Camp (Baix Camp), calcinó más de 200 hectáreas de matorral -una hectárea equivale a una isla del Eixample de Barcelona- y pino blanco, y obligó a desalojar a más de 3.000 personas, la mayoría turistas, de dos cámpings a la espera de poder regresar a sus residencias de verano. A este caos se le sumó otro todavía mayor: el de las comunicaciones. La autopista AP-7, la carretera N-340 y el tren quedaron cortados durante toda la tarde de ayer, lo que comportó que Cataluña y la Comunidad Valenciana se quedaran sin comunicaciones terrestres. Otro incendio quemaba anoche entre Súria y Cardona (Bages).
El fuego, que comenzó a las 13.40 horas, llegó a las puertas de múltiples viviendas. Varios bungalós, alguna masía, la recepción del cámping Mont-roig -uno de los mayores de la zona- y un restaurante en el que estallaron las bombonas de gas fueron pasto de las llamas.
La zona quemada es una vasta planicie sin una trama urbana definida, pero salpicada de pequeñas urbanizaciones privadas, la mayoría provenientes del urbanismo salvaje de los años sesenta. No es el caso de la urbanización de lujo Bonmont, vinculada a un campo de golf del mismo nombre, construida este siglo y en fase de crecimiento. "No puede ser que las urbanizaciones no tengan una zona de seguridad", lamentó ayer el titular de Interior, Joan Saura.
Un millar de personas de las urbanizaciones cercanas Masos d'en Bladé, Huertas Miami y Vila Romana fueron evacuadas principalmente al polideportivo de Mont-roig del Camp.
Las previsiones eran que todos lo desalojados pudieran regresar a sus residencias ayer mismo para dormir.
Mont-roig tiene el litoral ocupado por múltiples cámpings, y los campistas evacuados fueron por su propio pie caminando por la playa hacia otros lugares alejados del fuego. La principal preocupación de las autoridades al cierre de esta información era organizar un operativo para informar a todos los desalojados que podían volver.
Dos bomberos resultaron heridos por quemaduras leves, dos desalojados fueron atendidos por intoxicaciones leves de humo y cuatro bomberos más resultaron heridos leves al volcar al camión con el que se dirigían a extinguir el fuego. Al margen del problema humano, el incendio generó un auténtico colapso de las comunicaciones en el sur de Cataluña. Desde las cuatro de la tarde quedaron cortadas por orden de Interior las carreteras N-340, la AP-7 y la vía de Renfe. A las ocho de la tarde se reabrió parcialmente la autopista; a las nueve, la N-340, y la previsión era restablecer también, ya de noche, las comunicaciones por vía férrea.
Nueve trenes de largo recorrido, con destino u origen en Barcelona, resultaron afectados y sus pasajeros quedaron atrapados en las estaciones donde se detuvieron los trenes. Renfe pudo establecer un transporte alternativo, ya que la AP-7 y la N-340 estaban cortadas entre Cambrils y Hospitalet de l'Infant, con colas de hasta 20 kilómetros en cada sentido. El paso alternativo, la carretera local T-310 de un solo carril entre Hospitalet y Reus, quedó igualmente superada, incapaz de absorber el intenso tráfico a la que fue sometida.
Por otra parte, un incendio con dos focos, declarados entre las cinco y las seis de la tarde, arrasó ayer más de 200 hectáreas de bosque y matorral entre las poblaciones de Súria y Cardona (Bages), informa Enric Badia.
Hidroaviones
El incendio progresó rápidamente por una zona que ya había sido devastada por las llamas hace dos años y, ante la magnitud que tomaba el fuego, los bomberos decidieron llamar a los hidroaviones de Zaragoza y Mallorca, además de unos 50 vehículos terrestres y 11 medios aéreos.
El incendio, favorecido por el viento que soplaba ayer en la comarca del Bages, consiguió zafarse del cerco de los bomberos, que a las nueve de la noche aún no tenían controlado totalmente el perímetro de las llamas. El flanco sur y el derecho quedaron estabilizados antes de las ocho de la tarde, pero por la parte izquierda el incendio seguía progresando hacia la zona de Pinós. En este caso no hubo desalojados, al tratarse de una zona forestal escasamente habitada. Se debió cortar la carretera C-55, el eje del Cardener, para facilitar las tareas de extinción del incendio.
Otros cuatro incendios, dos en Ulldecona (Montsià) y dos en Sanaüja (Segarra), quemaron otras 60 hectáreas.
Ya de noche, 140 dotaciones de bomberos continuaban trabajando para extinguir los fuegos de Mont-roig y Súria y Cardona.
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