La noche de fiesta terminó en tragedia
Tres vecinos de Villanueva del Pardillo de entre 20 y 22 años mueren en un accidente de tráfico
Villanueva amaneció ayer sumida en la incredulidad, el dolor y la angustia. Fue uno de los días más tristes de la historia del pueblo, de 12.879 habitantes y situado a 26 kilómetros de la capital. David Losa, de 22 años; Iván Martín de las Heras, de 21, y Eduardo Rojas, de 20, todos ellos vecinos de la localidad, murieron a las 6.30 en el brutal choque frontal, ocurrido a menos de un kilómetro del casco urbano, de dos coches que volvían a casa tras una noche de fiesta. Los dos primeros eran el conductor y copiloto, respectivamente, de uno de los vehículos implicados, un Seat Ibiza azul. Eduardo Rojas viajaba en el asiento trasero del Opel Astra contra el que el Ibiza se estampó, según Emergencias 112.
Otras cinco personas resultaron heridas, una de ellas en estado crítico, en el choque frontal
Los otros cinco vecinos de Villanueva que viajaban en los coches de la muerte, de entre 16 y 21 años, resultaron heridos. Uno de ellos, Inmanol Aguado, de 21 años, se debatía anoche entre la vida y la muerte en la Fundación Jiménez Díaz. Otros tres están graves y la cuarta, una adolescente de 16 años, sufre fractura de fémur.
El accidente ocurrió poco después del amanecer. El Opel Astra, que salía del municipio, y el Seat Ibiza, que entraba, cruzaron sus trayectorias a la altura del kilómetro 7 de la carretera M-509, que une Villanueva del Pardillo con Majadahonda y la M-503, según informan fuentes de la Policía Local del municipio.
Las ocho víctimas se conocían desde niños y todos ellos eran amigos. "Son del pueblo de toda la vida", según explican sus vecinos y un portavoz del Ayuntamiento. Todo el mundo en Villanueva conoce a alguna de las víctimas o a sus familiares. Losa, uno de los fallecidos, era sobrino de Eduardo Fernández, concejal y portavoz del PSOE de la localidad. Paloma de la Cruz, que sufrió rotura de fémur y de codo, es hija de Gabriel de la Cruz, concejal del partido Centro Democrático Español.
Unos regresaban de una fiesta al aire libre en un lugar cercano del pueblo y conocido como Los Llanos. "Fuimos a celebrar un cumpleaños. Nosotras nos fuimos un poco antes, a las seis, y ellos decidieron quedarse un poco más", contaron entre sollozos dos amigas de las víctimas que viajaban en el Opel Astra.
No estaban seguras de si sus amigos decidieron continuar la noche y pasar un rato por el polígono industrial, un lugar frecuentado por los jóvenes del pueblo para hacer botellón. Recuerdan a Rojas, uno de los fallecidos, como "un amigo estupendo". "De lo mejor. Siempre estábamos en el parque y ahora ya no va a estar nunca más...", susurró.
Fuentes de la Policía Local explicaron que todavía se desconocen las causas del siniestro. "Se barajan varias hipótesis. Lo que está claro es que ha sido un choque frontal entre ambos vehículos, probablemente por una maniobra indebida, quizá de adelantamiento. Pero hasta que la Guardia Civil finalice la investigación y el estudio de las huellas no se podrá determinar de forma definitiva", informó un portavoz de la Policía Local de Villanueva del Pardillo.
Según esta hipótesis, el Opel Astra habría adelantado a otro vehículo e impactado con el Seat Ibiza. Sin embargo, los agentes no descartan que todo se debiera a un simple despiste que llevó a uno de los dos coches a ocupar el carril contrario. Agentes de la Guardia Civil informaron de que, según los primeros datos que manejaban, los coches circulaban a mayor velocidad de la permitida.
La brutalidad del choque dejó a las ocho víctimas atrapadas en el amasijo de hierros en el que quedaron convertidos los dos vehículos, de donde fueron rescatados por los Bomberos de la Comunidad de Madrid. Varios helicópteros trasladaron a los heridos a hospitales.
La zona del accidente es una recta que se encuentra a unos cien metros de una gasolinera, tras un cambio de rasante. En este tramo se puede circular a un máximo de 90 kilómetros por hora. El cuentakilómetros de los coches estaba parado en alrededor de 110 kilómetros.
Los agentes aclaran que este dato no es muy fiable debido a que en el momento del impacto el coche puede estar frenando o acelerando. Los ocupantes de los asientos delanteros llevaban abrochados los cinturones de seguridad, pero no los que viajaban en los de atrás. La investigación determinará también si los conductores habían bebido.
En el punto donde colisionaron los vehículos está permitido adelantar. "Aunque todavía no se sabe si el vehículo empezó a adelantar o a invadir el carril contrario por otra razón antes de que llegara al tramo donde es posible hacerlo", dijo un policía local.
"Vi pasar a dos coches muy rápido y al momento escuché un fuerte impacto y pensé que se había producido un accidente. Lo que no podía imaginarme es que era tan grave y que había afectado a personas que conocía", comenta un vecino muy afectado. Varios familiares acudieron al lugar del accidente instantes después y se toparon con la tragedia. A partir de ese momento, se estableció un flujo constante de información e instrucciones entre el lugar del accidente y las dependencias de la Guardia Civil.
Las escenas de dolor se sucedían en el pueblo. "¿Cómo es posible? Hace un rato estábamos con ellos y ahora se han ido para siempre". "Son amigos de mis hijos, por eso estoy aquí. Les conozco mucho. Ayer mismo estuvieron cenando en mi bar. Estaban como siempre. Eran buenos chicos", comenta otro vecino.
El alcalde, Juan González Miramón, recibió a los familiares en un primer momento en la sede de la Policía Local del municipio. Psicólogos de la Cruz Roja acudieron a Villanueva a prestar asistencia a los familiares de las víctimas. "Es un día horrible, y un golpe brutal para el municipio. Son jóvenes de aquí, a los que conocemos de siempre. Todavía es pronto para hablar de las causas. Se están investigando", comentó Miramón.
El Ayuntamiento decretará hoy tres días de luto oficial. La capilla ardiente de los fallecidos se instaló por deseo de sus familiares en el polideportivo municipal.
"Nos vale con preguntar al que conduce si va bien"
"Para qué nos vamos a engañar; es fácil olvidar el consejo que siempre escuchamos de 'si bebes no conduzcas'. Simplemente, nos vale preguntar al que va a llevar el coche '¿vas bien?', y con eso es suficiente, nos vale. Y mira lo que pasa", se lamentaba al mediodía de ayer, entre lágrimas, una amiga de los fallecidos y de los heridos que estuvo de fiesta con algunas de las víctimas antes del accidente.
Los jóvenes del municipio conocen muy bien la carretera. Pero esto, en lugar de ser una ayuda, aumenta en ocasiones los riesgos al crear una falsa sensación de confianza en ellos. "Llevamos toda la vida aquí. Hemos crecido en el pueblo. ¿Cómo íbamos a tener un accidente de este tipo, a tan poca distancia del pueblo? Hasta ahora nunca me lo habría imaginado", explica un joven vecino.
Los jóvenes de Villanueva utilizan habitualmente el vehículo privado para salir de marcha o a dar una vuelta. "Siempre vamos en coche, al polígono a hacer
botellón
o a otros pueblos cercanos", explican. El municipio se encuentra ubicado en el noroeste de Madrid a pocos kilómetros de otras localidades como Majadahonda, Villanueva de la Cañada, El Escorial o Valdemorillo.
Tras la tragedia de ayer, los amigos de las víctimas se preguntaban si algo así no se podría haber evitado. "Esto es por hacer el idiota", se recriminaba a sí misma una de las amigas. "Alguna vez ha habido golpes, por supuesto. Pero nada parecido a esto. ¿Cómo ha podido pasar?".
Los amigos de la pandilla se echaban las manos a la cabeza ayer por la mañana. "Nos creemos que las muertes en la carretera no van con nosotros, que nunca nos va a pasar algo así, y mira ahora, es terrible. Nos hemos quedado sin amigos para siempre, para siempre... Podríamos haber sido cualquiera de nosotros", se desesperaba otro compañero de los fallecidos.
Los ocho ocupantes de los vehículos que colisionaron frontalmente en el kilómetro 7 de la M-509 eran muy conocidos en el municipio. "De Villanueva del Pardillo de toda la vida". Casi todos los jóvenes del pueblo han estudiado en el mismo colegio o instituto. Jugaron juntos de niños y ahora comparten el ocio nocturno.
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