La noche de los cañoneros

Diego Maradona bajó del cielo en un helicóptero. El aparato aterrizó envuelto en una nube de viento y polvo rojizo junto al estadio Pachencho Romero, el jueves. En la cancha, Paraguay estaba goleando a Colombia en el primer partido de la tarde. Roque Santa Cruz, el punta del Bayern, aprovechó bien el descanso. Después de una temporada bajo la ojeriza del mánager del club, Uli Hoeness, que le ha relegado al banquillo, el chico de 25 años hizo tres goles que aniquilaron a Colombia.

Convertido en el máximo anotador del torneo, Santa Cruz lanzó un desafío a Hernán Crespo. El delantero centro argentino saltó al campo en el siguiente partido para enfrentarse a Estados Unidos. En un equipo plagado de centrocampistas y media puntas, gente con vocación de pausa y toque, Crespo asume la responsabilidad del gol en solitario. Cómodo con su rol. "No lo vivo como una presión", dijo antes del partido; "lo vivo como una realidad. En el Chelsea me pedían que me retrasara para que Drogba ocupara el área. Ahora me toca dar la puntada final en un equipo en el que todos tienen la característica de ir a tocar la pelota. En otros equipos, si salía del área no molestaba. Con la selección es distinto".

Contra Estados Unidos, Crespo se tiró a la banda para sorprender. Tranquilo. Como si supiera que el balón llegaría a su pie tarde o temprano. Le pasó en el primer gol de Argentina (1-1), cuando apareció para empujar un rechace tras una falta. En el segundo (2-1), Messi le dio un pase de adentro hacia fuera. Crespo ya iba en carrera para recibir y, cuando parecía que se quedaba sin ángulo, cruzó el derechazo. Los dos goles colocan a Crespo, junto al chileno Suazo, por debajo de Santa Cruz en la tabla de realizadores. Pero, como dice, no todo depende de él: "¿Goleador de la Copa? Eso depende de los de atrás. Yo tiro los piques, los desmarques, después se verá si me ponen la pelota en el área".

El marcador final (5-1) hizo honor al empeño de Argentina por exhibir su condición de favorita. De paso, Crespo se colocó con los mismos goles (34) que Maradona en la lista de artilleros históricos de la selección. Batistuta, con 56, todavía los supera de lejos. Pero Maradona reconoció el mérito de Crespo al cabo de la jornada. De estampa apostólica, con aire somnoliento, el factótum del Boca dictó su veredicto sobre las figuras de esta Copa: "Crespo, Roque Santa Cruz, Messi, Robinho y Riquelme".

Maradona dijo que está feliz en Venezuela porque Chávez, su anfitrión, entiende la clase de tratamiento que se le debe brindar: "Aquí me tratan como a un jugador. En Alemania

no me dejaban entrar en los estadios".

Maradona evitó hacer declaraciones políticas de apoyo a la llamada Revolución Bolivariana que encabeza Hugo Chávez. El ídolo argentino estaba prevenido de que el clima en el estado de Zulia no es propicio al oficialismo. Durante la primera parte del partido que enfrentó a Estados Unidos y Argentina, coincidiendo con la parte más aburrida, el público entonó cánticos contra el régimen: "¡Y va a caer, y va a caer, este Gobierno va a caer...!".

"Creo que Argentina se vio sorprendida por el contragolpe de Estados Unidos", observó Maradona sobre el repentino gol norteamericano. "En la primera parte pecó mucho de toques hacia atrás. Vino bien el cambio de Aimar por Cambiasso. Porque el Cuchu es un hombre de marca y Aimar tiene más toque y más explosión. Con Aimar, Messi se liberó mucho más", explicó; "esa fue la clave del partido. Riquelme fue más rápido y Verón empezó a dar pases más precisos".