Avignon, el festival de todas las escrituras
HA SIDO el mejor festival de teatro del mundo y sigue siéndolo porque logra renovarse. En 2007, el énfasis se ha puesto en la escritura, es decir, en el texto, ya sea literario, poético o dramático, pero también en el trabajo de escritura o reescritura que supone la puesta en escena. Avignon 2007 es una obra francesa montada en alemán por alemanes, un texto alemán dicho en flamenco, otro inglés traducido al francés, obras estadounidenses adaptadas a la realidad polaca o francesa o textos italianos dichos en francés. Y es también la poesía de René Char, creador de la primera edición del festival, en 1947, y la presencia de nuevo de Jeanne Moreau, que en 1947 era una joven actriz abierta a todas las aventuras, o de Agnès Varda, que entonces fotografiaba teatro y que este año expondrá sus fotos.
Sobre el papel hay que ver Nord, la novela de Céline que Frank Castorf y su equipo berlinés han elegido como cartografía para algo parecido a una autopsia de una Europa confrontada a la muerte, "la verdad de este mundo". Ya hay que ver también L'Acte inconnu, la palabra de Valère Novarina ocupando la Cour d'honneur del Palacio de los Papas. Y asomarse al patio del instituto Saint-Joseph para escuchar a los actores de Krystof Warlikowski viviendo el drama de Angels in America, de Tony Kushner, en la Polonia gobernada por los mellizos demagogos. El mismo texto cambia de sentido y con acento polaco cobrará otra urgencia.
El artista invitado de este año, Frederich Fisbach, se ha especializado en la colaboración. No monta nada sino con gente que utiliza otras técnicas expresivas -marionetas, danza, etcétera- o que pertenecen a una cultura alejada de la suya (japonesa, coreana). Esta vez presenta Les feuillets d'Hypnos, fragmentos escritos por René Char durante los años de la ocupación alemana, dichos por más de un centenar de aficionados de la zona, y también Les Paravents, de Jean Genet, imaginados con la ayuda de los marionetistas de Youkiza.
Avignon es también el lugar de las experiencias-límite, de pasar noches enteras con Peter Brook, Vittorio Gassman o Philippe Caubère. Esta vez es Ariane Mnouchkine quien nos invita, con su Théâtre du Soleil, a pasar toda la tarde en su compañía y a cenar con ella. Les Éphémères son ocho horas y media de evocaciones de fragmentos de vidas sin importancia pero fragmentos en los que el odio, la ternura, la alegría o la emoción pueden y deben ser compartidos.
Los grandes autores clásicos nunca faltan a la cita y entre ellos Shakespeare. Le Roi Lear, de Jean-François Sivadier, de nuevo en el espacio impresionante de la Cour d'honneur, prefiere un Lear más maduro que viejo y empeñado en su desesperada busca de aquel que sea capaz de aclararle la pregunta a la que solo él puede responder: "¿Quién soy yo?". Richard III es otra cosa. El gran Will se ha visto reescrito por el flamenco Peter Verhelst como un dictador moderno que delira entorno a tres temas -el amor, el absoluto y la utopía política- y aparece rodeado de mujeres.
Dos obras de Rodrigo García -Cruda, vuelta y vuelta. Al punto. Chamuscada y Approche de l'idée de méfiance- figuran también dentro de la programación oficial. La cultura popular es también el material sobre el que trabajan Christopher Fiat, que se interesa por Stephen King y su concepción del miedo de la misma manera que el colectivo Superamas se centra en la televisión y los estereotipos que ésta vehicula mientras Mathieu Bauer se sirve de John Steinbeck y lo pone en relación con el rock y el cine de serie B.
La danza. Sasha Waltz, Faustin Linyekula y Fumiyo Ikeda son tres de los coreógrafos invitados. Pero la lista de nombres no se acaba ahí. Romeo Castellucci, Robert Cantarella, Jean-Pierre Vincent, Guy Cassiers, Pierre Henry, Raimund Hoghe o Galin Stoev están también entre los directores que siguen empeñados en esa renovación de una de las artes más antiguas.
Festival d'Avignon 2007. Del 6 al 27 de julio en diferentes locales de la ciudad francesa. www.festival-avignon.com
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.