Rato desata la especulación sobre su vuelta a la política nacional tras anunciar que deja el FMI
Justificada como una decisión motivada por razones estrictamente personales, la sorprendente dimisión ayer de Rodrigo Rato como director general del Fondo Monetario Internacional (FMI) ahonda la crisis de los organismos financieros internacionales basados en Washington y devuelve al escenario español a una figura con capacidad de influir poderosamente, tanto en su propio partido como en la situación política general. "Mis circunstancias y responsabilidades familiares, particularmente en lo que respecta a la educación de mis hijos, son las razones para abandonar antes de lo esperado mis responsabilidades en el Fondo", asegura Rato en una declaración escrita remitida al Consejo Ejecutivo del FMI.
Otros organismos financieros han reaccionado con malestar a la noticia por el momento elegido para anunciarla
"Cualquiera que vea en esto una motivación política se equivoca", señala un portavoz del director general
"Mis circunstancias y responsabilidades familiares son las razones para abandonar antes de lo esperado"
Rato precisó que dejará el puesto en octubre, después de la conferencia anual de gobernadores de esa institución, casi dos años antes de que venza el periodo de cinco para el que fue elegido.
Esa misma versión fue repetida ayer por varios colaboradores y amigos de Rato, que insistían en que la situación personal del director general, que vive solo en Washington, se había convertido desde hacía tiempo en una preocupación constante y podría llegar a distraerle de sus obligaciones en la compleja institución que dirige. Rato tiene dos hijos en edad escolar y una hija de 19 años que residen con su madre en Madrid, aunque pasan algunas temporadas con él en Estados Unidos.
Además de eso, personas con acceso frecuente a Rato afirman que nunca había llegado a integrarse en el restringido mundo social y político de esta capital, y que su interés y sus preocupaciones, siempre han estado en España.
Dimisión de Wolfowitz
Toda esta situación personal se vio complicada en los últimos meses por las turbulencias provocadas en los organismos internacionales por la dimisión del presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, lo que ha incrementado el escrutinio sobre este tipo de agencias y ha complicado enormemente su gestión. En conjunto, ninguna de las razones que el entorno de Rato manejaba ayer en sus contactos con la prensa aludía a un inminente futuro político para Rato. "Cualquiera que vea en esto una motivación política se equivoca; Rato no tiene ninguna intención de hacer política", aseguraba un portavoz del director general en el FMI.
Rato ha repetido desde que llegó a Washington hace tres años que no tenía ambiciones políticas en España y que no estaba en sus planes asumir la presidencia del PP si Mariano Rajoy perdía las próximas elecciones.
En los últimos meses, sin embargo, las circunstancias han cambiado algo en España y las posibilidades de una victoria del PP el próximo marzo son mayores, lo que le permitiría a Rato armonizar su vida personal con un cargo político relevante.
Algunos antecedentes contribuyen a alimentar esa especulación. El predecesor de Rato, Horst Köhler, dejó su puesto en 2004 precisamente para acceder a la presidencia alemana. Otros ex directivos del Banco Mundial y del FMI se pasaron también a la política.
Personas próximas a Rato argumentaban ayer, no obstante, que si tuviera planes políticos en España los habría dado ya a conocer al mismo tiempo de comunicar su renuncia. Rato llevaba tiempo reflexionando sobre su dimisión y, como se desprende de algunas conversaciones privadas, hace ya días que había tomado una decisión, aunque nadie de relevancia política o diplomática en esta ciudad confesaba ayer conocerla.
El momento elegido no ha sido bien comprendido por fuentes de otros organismos financieros por el hecho de que coincide con una fase de relevo en la presidencia del Banco Mundial y refleja un clima de perturbación que puede tener consecuencias negativas.
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