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Reportaje:APUNTES

El único centro que forma a los maestros en educación vial

La Escuela Ausiàs March diseñó asignaturas con el Intras para que los futuros docentes lo transmitan a los alumnos

La inminente llegada de las vacaciones vuelve a poner a prueba la seguridad vial en unos de los países de la Unión Europea con mayor índice de mortalidad. En 2006 fallecieron en España 3.016 personas, frente a las 3.332 del año anterior (316 menos, un 9,5%). El carné por puntos, que comenzó a funcionar el 1 de julio de 2006, redujo el número de víctimas mortales en este periodo en un 15% (hubo 260 víctimas menos que el año anterior).

Pero más allá de las medidas legislativas cabría preguntarse si la educación puede contribuir a sensibilizar mentes y cambiar conductas de los jóvenes. Para este colectivo los accidentes de tráfico suponen la principal causa de mortalidad.

En la Escuela de Magisterio Ausiàs March de la Universitat de València se imparte la única asignatura de España sobre educación vial dirigida a profesores en ciernes. A través de ella se pretende, según el profesor que la imparte, el doctor en Psicología y Criminología, José Luis Alba, que "los alumnos, futuros profesores se familiaricen con los fundamentos de la seguridad vial para que después puedan transmitirlo en el aula". Que esta asignatura se encuentre aquí tiene su explicación. De la Universitat de València depende el Intras (Instituto de Tráfico y Seguridad Vial), un centro universitario de investigación científica y aplicada, en materia de seguridad vial y accidentes de tráfico puntero en España y casi único (existe otro universitario en Salamanca), que ha colaborado en aspectos tan novedosos como la puesta en marcha del carné por puntos.

"Si un padre comete infracciones, el hijo tiene un 98% de posibilidades de repetirlas"
La LOGSE introdujo la enseñanza transversal, que los expertos consideran insuficiente

Hace aproximadamente un lustro la asignatura de Educación Vial empezó a impartirse como materia optativa por petición de Magisterio al Intras. Y aunque Alba no pertenece al centro investigador, sí que está adscrito al departamento de Psicología Básica, el mismo que el director del Intras, el catedrático Luis Montoro.

"Desde principio de los noventa, con la LOGSE y con las leyes posteriores la materia de seguridad vial debe impartirse en educación obligatoria, pero no como una asignatura específica, sino de manera transversal en todas las asignaturas de un centro", explica Alba de un método que en su opinión no garantiza que en realidad se esté aplicando y, menos aún, que se evalúe.

El profesor subraya que los docentes deben saber educar a sus alumnos en seguridad vial para que en primera instancia modifiquen sus conductas diarias como pasajeros y viandantes, y posteriormente vacunarlos como conductores: "Un niño cuyo padre comete una infracción tiene un 98% más de posibilidades de repetir esa conducta que otro cuyo progenitor conduce adecuadamente".

Su asignatura tiene una parte práctica (30% de la nota final) en la que se debe elaborar una unidad didáctica sobre esa materia para un centro. Vicente José Sanchís forma parte del grupo de cuatro personas de la mejor unidad didáctica diseñada en esta clase de casi un centenar de personas. Su trabajo consistía en incorporar la seguridad vial en cuatro asignaturas: Castellano, Matemáticas, Educación Física y Conocimiento del medio. "En Matemáticas, por ejemplo, introdujimos los conceptos de velocidad y distancia cuando tratamos las relaciones directa e inversamente proporcionales. Cuando explicamos el círculo hablábamos de las señales de prohibición; con los triángulos, de las de peligro..." El joven de 30 años manifiesta que le hubiera gustado que la asignatura fuera anual y obligatoria.

También se pueden encontrar dos asignaturas sobre tráfico en la carrera de Psicología. José Antonio Giménez imparte una asignatura de segundo ciclo optativa, Seguridad Vial: Factores de Riesgo y Prevención. En ella se aborda la historia y se analiza al conductor como sujeto psicólogo para desentrañar los procesos básicos (percepción y atención, aprendizaje motivación y emoción) que pueden incidir en la conducción. También se analizan los factores de riesgo: fatiga, sueño, alcohol, sustancias prohibidas, medicamentos, velocidad y nociones de personalidad, que pueden influir en un accidente.

En tanto que el psicólogo es el profesional que estudia el comportamiento de las personas, Giménez insiste en que su papel es fundamental en todo lo relacionado con el tráfico y la seguridad vial, desde el análisis de la figura del infractor, sobre todo, pues su actuación genera un coste social, hasta el de las víctimas. También añade que aunque la necesidad de psicólogos se ha incrementado en este campo -ahora son requeridos para investigaciones y el diseño de cursos para recuperar los puntos perdidos- desde los años veinte existía la figura del psicólogo ligada a los centros de reconocimiento médico necesarios para obtener el carné de conducir.

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