Los jóvenes giran a la izquierda

Más de la mitad -el 54%- de los jóvenes estadounidenses aseguran que votarían por un presidente demócrata en las elecciones de 2008, según una encuesta de The New York Times / CBS News / MTV recogida ayer por el diario neoyorquino.

La juventud de Estados Unidos, esa franja de edad comprendida entre los 17 y los 29 años, gira a la izquierda. Al menos eso indica su ideario: salud pública universal (el 62% apoyaría un sistema financiado por el Estado), política migratoria de puertas abiertas (el 30% afirma que "los estadounidenses deben siempre dar la bienvenida a los nuevos inmigrantes"), legalización de los matrimonios gays (el 44%; sólo el 28% del resto de la población comparte esta idea) y, por qué no, un presidente negro o una mujer en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

Una mayoría de los nuevos electores se declara a favor del seguro médico universal

Hace ya algunos años que los jóvenes se alejan del Partido Republicano. Y a pesar de que, al igual que el resto de la población, están preocupados por la visión negativa que el mundo tiene de su país y consideran que su generación vivirá peor que la de sus padres, también están convencidos de que su voz y su voto cuentan.

Pero a pesar de que muchos más jóvenes muestran interés por la carrera presidencial de los que lo hacían en 2004, sólo parecen estar familiarizados con dos candidatos: el senador Barack Obama y la senadora Hillary Clinton, ambos demócratas.

Los jóvenes comparten con el ciudadano estadounidense adulto una visión negativa del presidente George W. Bush, quien tiene tan sólo un 28% de aprobación en ese grupo de edad. Y declaran una percepción más positiva de los demócratas que de los republicanos.

Sin embargo, su visión del aborto coincide casi al milímetro con la del público de más de 29 años de edad. El 24% dice que debería de estar totalmente prohibido; el 38% aprueba su práctica, pero con mayores restricciones que las actuales. El 37% opina que debería ser accesible sin problemas.

La sorpresa la da la actitud de los jóvenes hacia la guerra de Irak: un 51%, la gran mayoría, cree que Estados Unidos acabará triunfando en el país árabe. Alarmantemente, un 42% cree que al final se tendrá que volver al sistema de reclutamiento obligatorio para atender las dos grandes campañas de Irak y Afganistán. Puede influir en las próximas elecciones presidenciales el hecho de que la mayoría cree que si alguien lo reinstaura, será el Partido Republicano.

Y si los jóvenes se muestran progresistas a la hora de considerar que ha llegado el momento de que una mujer o un negro ocupe la presidencia y no muestran recelo para aceptar a un candidato que admita haber fumado marihuana, se tornan realistas al asegurar que creen que los estadounidenses no elegirán a un candidato que haya consumido cocaína o sea mormón.

Por ejemplo, Barack Obama sugiere en su libro Dreams from my father haber esnifado esa droga en su juventud, y el ex gobernador de Massachusetts, el republicano y candidato a la presidencia Mitt Romney, es mormón.

En el último medio siglo, el voto joven ha estado casi siempre del lado del candidato demócrata que aspiraba a la Casa Blanca. Aunque hay excepciones notables. En 1984, Ronald Reagan ganó su segundo mandato presidencial al capturar el 59% del voto joven. Y George Bush padre accedió al poder en las elecciones presidenciales de 1988 con el 52% de ese voto.