Dos vías de éxito

Dos vías distintas para lograr un doblete irrepetible en los últimos 21 años: Joan Plaza, el novato que ha devuelto la ilusión a los fieles de Vistalegre y ayer se proclamó campeón de la ACB a lo grande, en el Palau Blaugrana, y Fabio Capello, un reputado gurú del fútbol que aburre a sus hinchadas españolas. Ambos han sumado el 30º título respectivo de cada sección, pero uno tiene vigencia madridista y otro parece caducado. Hoy, al tiempo que Plaza reciba todo tipo de homenajes por Madrid, en Chamartín sus rectores estarán debatiendo cómo liquidar a Capello.

El Madrid de baloncesto gana la Liga al Barça en el Palau y la entidad logra su primer doblete en 21 años - Cada sección ya suma 30 títulos - Joan Plaza, un novato en el banquillo, ha devuelto la ilusión a la hinchada de Vistalegre - Fabio Capello aburrió a Chamartín y el club debatirá hoy sobre su sucesor

Dos vías distintas del Madrid para lograr un doblete irrepetible en los últimos 21 años: Joan Plaza, el novato que ha devuelto la ilusión a los fieles de Vistalegre y ayer se proclamó campeón de la ACB a lo grande, en el Palau Blaugrana, y Fabio Capello, un reputado gurú del fútbol que aburre a sus hinchadas. Ambos han sumado el 30º título respectivo de cada sección, pero uno tiene vigencia madridista y otro parece caducado. En los próximos días, al tiempo que Plaza recibirá todo tipo de homenajes, sus rectores tienen previsto debatir cómo liquidar a Capello.

Tan raquítica ha sido la temporada futbolística que al campeón de la Liga no sólo le han bastado peores números que sus adversarios. Entre los ganadores de la encuesta con los técnicos de Primera que anualmente publica EL PAÍS desde hace 17 años, no hay un representante del Madrid: Villa, mejor español; Silva, revelación; Messi y Alves, extranjeros más relevantes; Juande Ramos, mejor técnico, y Kaká, jugador más destacado de otras Ligas. Eso sí, Capello ha merecido un voto, el de Paco Flores, del Nàstic. El sondeo da una pista a Ramón Calderón, el presidente madridista, que tiene pendiente un cónclave en las oficinas del club para elegir entrenador. De Capello a Capello, en diez años, por el Madrid han desfilado nueve técnicos y sólo dos han conquistado títulos importantes (Heynckes y Del Bosque). Y ambos, como, salvo milagro, le ocurrirá hoy al italiano, fueron despedidos inmediatamente después de alborotar en La Cibeles.

Hace tiempo que el Madrid es una noria y sus proyectos dependen del humor de sus presidentes. Sólo así se explica que de los siete primeros de la Liga sólo el campeón piense en sustituir al entrenador. Rijkaard, Juande, Quique, Víctor Fernández, Pellegrini y Aguirre no están en el alambre.

Con Laporta y sus coristas en Babia, el Madrid mantuvo sus números de la primera vuelta, nada de remontada, y Capello fue Capello: un fabricante de títulos. Pero insuficiente en un país con buen gusto por el juego, que no tolera las ataduras del calcio, en realidad una variante del fútbol que Italia explota como nadie. Capello ganó y, como extra, puso el ventilador que le demandaban los dirigentes: Ronaldo, símbolo de la cultura del vedettismo, emigró. Misión cumplida, aunque Capello hubiera merecido una despedida elegante. Ahora le toca mover ficha al presidente. Es la hora de saber si tiene un proyecto a medio plazo o digiere tan mal los éxitos -y en este caso dobles- como alguno de sus predecesores. Ya no vale escudarse en el director deportivo de turno, un informador de lujo nada más. Las decisiones las toma el presidente, el único ejecutivo al que pueden elegir los socios, aunque sea por correo.