Los jardines de Hanna
La cantante de la sintonía de la 'Vuelta Ciclista a España' graba en las calles de Vigo su 'videoclip'
El equipo técnico no se despega de los monitores para estudiar el resultado de los primeros planos. Ya pasa del mediodía y temen que la lluvia haga que sean los últimos que puedan grabar esta mañana. Hanna se apresura a decir que el cielo al que ella canta bien pudiera ser esa losa gris que amenaza agua. "Me gusta Galicia y este cielo así. Me recuerda a Asturias". Está contenta, pega saltos, corretea con una bicicleta en los descansos. Ya puede ir practicando, su canción Como la vida es la sintonía de la próxima edición de la Vuelta Ciclista a España que partirá de Vigo el 1 de septiembre.
Para el videoclip han prestado su imagen deportistas como el ciclista Óscar Pereiro, el futbolista Míchel Salgado, la atleta Marta Domínguez, la tenista Conchita Martínez y el piloto Jorge Lorenzo. Cada uno aparece en su lugar de entrenamiento. A los gallegos los grabaron en Vigo, ciudad que sale retratada en el puerto, el Casco Vello, el monte de A Guía, la playa de O Vao y el Museo do Mar. La isla de San Simón y Cabo Home son otros escenarios.
Pero la protagonista es ella, la chica de Ciudad Pegaso que, a sus 22 años, está viviendo un sueño. "El de cualquier artista, una maravillosa recompensa a tanto esfuerzo, porque llevo toda la vida cantando". Su carrera se inició hace tres años. El primer aviso de que algo iba a cambiar se lo dio Bigas Luna escogiendo una canción suya para la película Yo soy la Juani, una historia de jóvenes de barrio. "Pero no tiene nada que ver conmigo, ¿eh?", salta, "sólo me parezco a la Juani en la capacidad de lucha. No hay película que valga, cada uno tiene que pelear lo suyo". Aquel tema Como un mar eterno llegó al segundo puesto en las listas de singles. Ahora su canción se oirá en toda España acompañando las pedaladas de los ciclistas. Por eso no es raro que Hanna diga que su vida no ha sido un camino de rosas aunque "cada vez hay más jardines".
Tiene ya algún modo de estrella, no cuenta de más. Así que no desvela el misterio de su vida. "Vengo de una familia muy recta y muy tajante donde yo era la oveja negra. He cambiado de vida muchas veces y me he criado en la calle, yo soy calle". El registro, aflamencado, le viene dado por sus raíces. Pero en las 12 canciones de su primer disco, Pura Hanna, también hay rap, hip hop y reggaetón. "Es un primer disco muy completo y le va a gustar a la gente, hay canciones para bailar y otras para pensar", asegura. Ella, que ha escrito todas las canciones y se define como cantautora. "Soy toda música", dice también. Anticipándose a quien quiera tacharla de producto, muestra sus señas de autenticidad.
El disco saldrá a la venta el lunes editado por Universal Music y parece que no han escatimado medios para promocionarlo. Hasta Hanna se está entusiasmando con el ciclismo. "Un amigo me ha regalado una bicicleta plegable y por Madrid voy siempre en ella. Es lo que debería hacer todo el mundo". Y mira, de reojo, a los cuatro chicarrones que, por detrás, hacen piruetas en sus bicis. Antes les vimos rodeándola y cruzándose delante de la cámara para el vídeo.
Desde la oficina de promoción cuentan que, cuando era pequeña, Hanna se encerraba en su cuarto con un cepillo como micrófono. A su abuela le gritaba, desde el otro lado de la puerta, que estaba enferma cuando le insistía en que bajase a jugar. A sus amigas les contaba que estaba castigada y no la dejaban salir. Todo por cantar. "La música es universal, me gusta toda". No dice nombres cuando le preguntan por otras cantantes españolas. Tampoco menciona a Mala Rodríguez o a Arianna Puello, las raperas que revolucionan el hip hop cantado en castellano. "No, a mí quien me gusta es Whitney Houston". Pega un golpe a la melena y corre con sus tatuajes hasta donde la esperan para seguir grabando. Se terminó el descanso y no hay más pitillos. Se sienta en un sofá algo destartalado, al lado de una tele vieja y con los graffitis de la pared de la piscina del Náutico de fondo. Por los altavoces suena su voz rasgada. Y dejó de llover.
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