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Los catalanes suspenden al Gobierno en vivienda e inmigración

El Ejecutivo de Montilla recibe un aprobado en una encuesta del CEO

Primer tirón de orejas de los catalanes al Gobierno de José Montilla. Una encuesta del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat hecha pública ayer revela que los catalanes aprueban con una nota de 5,4 la gestión del Gobierno catalán, pero lo suspenden en inmigración, vivienda y tráfico. Los catalanes también muestran poco interés en el despliegue del Estatuto, pero creen insuficiente la labor del Gobierno en esta materia.

Más de la mitad de los catalanes confiesan no conocer la labor del Gobierno, pero los que sí se atreven a examinar los primeros seis meses del nuevo Ejecutivo se muestran muy severos. Lo aprueban con un 5,4, la que es la nota más baja desde 2004. Realizada entre el 7 y el 25 de mayo, justo antes de las elecciones municipales, los autores de la encuesta interrogaron a 2.000 personas.

Al igual que en el último barómetro de opinión, los catalanes sitúan la carestía de la vivienda y la situación de los servicios sociales como sus principales preocupaciones y piden al Gobierno que actúe mayoritariamente en estas áreas. Al mismo tiempo, se muestran insatisfechos con lo hecho hasta el momento. La calificación de los ciudadanos hacia la política de vivienda está bajo mínimos: 3,3 sobre 10. Algo mejor, aunque sin llegar al aprobado se encuentran las políticas de inmigración (3,4), tráfico (4,5) y seguridad ciudadana (4,4).

En términos porcentuales, el 51% de los catalanes suspenden al Gobierno en inmigración y el 65% en lo referente a vivienda. Las mejores notas de los ciudadanos son para la labor realizada en materia de cultura (6), sanidad, educación y transporte públicos (5,4) y defensa de los intereses de Cataluña (5,3).

El asunto que ha ocupado el primer plano de la actualidad política desde la constitución del nuevo Gobierno, el desarrollo del Estatuto, ocupa el puesto número 13 en la lista de asuntos que el Ejecutivo debería priorizar. Por delante de este asunto se encuentra el acceso a la vivienda, la mejora de las políticas sociales, el paro, la inseguridad ciudadana, la sanidad, la educación y el coste de la vida, entre otros aspectos.

Lo único que despierta menos inquietud que el Estatuto entre los ciudadanos son las relaciones entre Cataluña y España, la crisis de la identidad catalana y la excesiva presión fiscal. Eso sí, los catalanes creen que el Gobierno no ha desplegado suficientemente el nuevo Estatuto. Los responsables de esta labor no llegan al aprobado y se quedan con un 4,6.

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