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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Christopher Rowland, violinista y pedagogo

Fue primer violín del Cuarteto Fitzwilliam

Para los amantes de la música de cámara, Christopher Rowland tenía algo muy especial, pues había estudiado nada menos que con Sidney Griller, el fundador del Cuarteto Griller, una formación legendaria activa entre 1928 y 1961, cuyas versiones del gran repertorio hicieron historia pero que, al mismo tiempo, se animó a estrenar obras de autores como Bax, Bloch, Milhaud, Sessions o Rubbra. Griller fue su mayor influencia, sumada a la formación adquirida en Cambridge junto a Raymond Leppard, el director de orquesta que en aquel entonces ayudaba a recuperar buena parte del gran legado barroco. Pero sus primeros profesores fueron Cecil Birchett y David Martin en las clases londinenses de la Royal Academy of Music. Allí tendría como compañero de estudios a un colega después famoso en otro estilo musical bien diferente y cuyo nombre artístico acabaría siendo el de Elton John.

Rowland fundó en 1970 el Cuarteto Sartori, que duraría cuatro años. Inmediatamente después se incorporaría como primer violín al Cuarteto Fitzwilliam, que había empezado su actividad en 1971 y con el que viviría un momento espléndido para su carrera y su afán descubridor de nuevas músicas. El Fitzwilliam pasará a la historia por ser uno de los mejores grupos de su tiempo pero, sobre todo, por haber sido el primero en grabar todos los cuartetos de Dmitri Shostakóvich fuera de la entonces Unión Soviética. Su versión, complementada después con la del Borodin, dio a conocer a millones de aficionados una de las creaciones más fascinantes de nuestro tiempo. Sin embargo, Rowland no llegó a conocer al compositor ruso, que había estado en Inglaterra unos años antes de su entrada en el Fitzwilliam y trabajado con ellos algunas de sus obras. Aun hoy, la lectura del Fitzwilliam, con Rowland a su cabeza, sigue siendo una de las referencias discográficas de esas piezas.

Paralelamente a su trabajo en el Fitzwilliam, Rowland estrenaría obras para violín sólo de compositores como David Blake, Anthony Gilbert, Oliver Knussen, Colin Matthews y John Casken. En 1984, Rowland decide dejar el Fitzwilliam para dedicarse a la enseñanza, que siempre le había atraído, en el Royal Northern College of Music, en Manchester, aunque no dejará de tocar pues participará en Lumina, un grupo muy activo entonces con el que actuaron algunos grandes solistas, como el pianista Vladímir Ashkenazy o el oboísta Heinz Holliger, y cantantes como la soprano Elizabeth Soderstrom.

La carrera como pedagogo de Christopher Rowland alcanzó igualmente cotas muy altas a tenor de los cuartetos que se formaron a su lado. Fueron, en realidad, dos generaciones de músicos, representados en sus mejores logros por el Cuarteto Sorrel y, más recientemente, el Cuarteto Navarra, uno de los de más brillante porvenir entre los surgidos en los últimos años. Tully Potter escribía en The Guardian que "un cuarteto preparado por Rowland era reconocible por su afinación y su sentido del estilo". Formarse con él era una garantía de rigor e inteligencia basadas en una extraordinaria honradez profesional que le llevó a no admitir alumnos particulares para poder entregarse en cuerpo y alma a sus pupilos del Royal Northern College.

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