Una joven en feudo conservador

Mónica Lorente (Orihuela, 1971) acaba de coronar su rampante carrera política con su investidura como nueva alcaldesa de Orihuela. La joven regidora logró el pasado 27 de mayo revalidar la mayoría absoluta del PP en un feudo eminentemente conservador, tanto en el plano social como político (el municipio está en manos de los populares desde 1987).

Para llegar a esa meta, Lorente, diputada autonómica en la última legislatura y adscrita al sector zaplanista, ha tenido que romper dos gruesas barreras. Por un lado, superar la oposición interna del colectivo del PP afín al presidente de la Generalitat Francisco Camps, liderado por el ex alcalde José Manuel Medina, y, por otra, volver a granjearse la confianza para el gobierno local de los oriolanos después de un mandato en el que la gestión de su antecesor ha estado marcada por la sombra de la corrupción política (en la actualidad, los juzgados investigan 16 supuestos hechos delictivos derivados de la gestión urbanística y contable del Consistorio).

La imparable carrera de Lorente a la alcaldía comenzó en julio de 2006, cuando en la asamblea local del PP oriolano desbancó de la presidencia a su máximo rival y entonces titular del cargo, José Manuel Medina. Para Lorente, la clave de la nueva victoria de la candidatura del PP que ella lideraba ha sido "la renovación y la intensa campaña, puerta a puerta", que han realizado por trasladar su mensaje "de que comenzaba una nueva etapa de modernización de la administración local", puntualiza. "Y junto a este esfuerzo por mejorar la calidad de la gestión y los servicios públicos, otra prioridad será fomentar la participación de los ciudadanos arbitrando los foros oportunos", añade. El impulso del turismo cultural y la recuperación del cauce del río Segura como referente verde del municipio serán otros de los ejes del gobierno de Lorente.