El socialista Rodríguez se compromete a luchar por nuevas infraestructuras para Ourense
Los nacionalistas se declaran garantes del "cambio, la honestidad y la equidad" en el municipio
"Llego ligero de equipaje", parafraseó el socialista Francisco Rodríguez a Antonio Machado en su discurso de investidura, "y sólo me llevaré de aquí la gratitud". Con una disertación tan emotiva como institucional, el nuevo alcalde de Ourense recogió ayer el bastón de mando de manos del presidente provincial del PP, José Luis Baltar. El azar hizo que el líder de los populares presidiera la mesa de edad y acabara simbolizando el traspaso de poderes de la derecha a la coalición de PSdeG y BNG. Los nacionalistas quisieron escenificar la bicefalia con un acto posterior ante la estatua de Bóveda.
El firme compromiso de "trabajar para todos los orensanos, pero especialmente para los más desfavorecidos, por aquéllos que tienen menos o que sufren algún tipo de injusticia" y por "movilizar todos los recursos para luchar contra la violencia machista", centraron las primeras palabras del nuevo regidor socialista de Ourense. En su discurso como alcalde recién investido, Francisco Rodríguez puso de manifiesto, además, su intención de conseguir que la ciudad "sea el nudo central de las comunicaciones ferroviarias de Galicia" y su "deseo irrenunciable" de aportar "el impulso necesario para alcanzar la meta de progreso". "Éste es el momento del AVE", manifestó.
Francisco Rodríguez tendió la mano tanto a sus futuros socios como al PP y anunció que el grupo de gobierno coligado que presidirá asumirá "un proyecto político de cambio sosegado". El nuevo regidor hizo votos para que "el tren de la historia no pase de largo por Ourense", aunque matizó que ésta no será una tarea exclusiva del alcalde, sino de toda la sociedad.
"El alcalde estará al frente, pero queremos contar con todos", detalló. El nuevo regidor prometió renunciar a los intereses de partido en beneficio de los de la ciudad, tras definirse como "el más humilde de los vecinos y el primer servidor de Ourense".
Junto a ello, Rodríguez propuso suscribir un pacto con los ciudadanos "desde el primer día" con vistas a "aumentar el peso y la influencia de Ourense en Galicia", y tuvo, además, palabras de reconocimiento para las corporaciones municipales anteriores, hasta el punto de asumir su legado. "Aceptamos su herencia y asumimos además la decisión de afrontar un cambio político para alcanzar nuevas metas de progreso para la ciudad", señaló.
La sesión de investidura del nuevo alcalde socialista, tras 12 años ininterrumpidos de mandatos del PP, congregó en el salón de plenos a numeroso público, entre el que se encontraban cargos orgánicos e institucionales del PSdeG y BNG. En primera fila, el padre del nuevo regidor, a quien éste se acercó a besar en el momento de su proclamación.
Ante la estatua de Bóveda
Sin posibilidad de expresarse en la sesión plenaria de investidura, el concejal nacionalista y futuro teniente de alcalde único, Alexandre Sánchez Vidal, convocó a sus fieles en un lateral del edificio consistorial, ante la casa natal del histórico líder galleguista Alexandre Bóveda. Allí, ante los suyos, Sánchez Vidal pronunció su propio discurso, con un contenido más partidista. "Esta es la primera ocasión en que el nacionalismo gallego está en el gobierno de Ourense", comenzó su intervención el concejal, que anunció que "de esta forma, podremos coordinar las políticas que pueden hacer avanzar" a la ciudad.
Sánchez Vidal expresó su "orgullo de pertenecer al BNG" y tuvo palabras de recuerdo para el edil nacionalista y líder del PNG recientemente desaparecido, Xosé Enrique Rodríguez Peña. "Si algo fue Peña además de político, es ajedrecista, y ahí valen tanto los peones como las reinas", dijo el nacionalista, para establecer el símil del poder que tendrá su organización en la corporación presidida por el PSOE.
"Somos los que garantizamos el cambio, la honestidad y la equidad", señaló. Gracias al pacto con los socialistas, añadió, "las parcelas para el desarrollo están en nuestras manos". Tras señalar que son los seis concejales del BNG los garantes del "cambio, la honestidad y la equidad" en el nuevo gobierno local, expresó su satisfacción por las parcelas obtenidas mediante el pacto con el PSOE.
"Las áreas de desarrollo están en nuestras manos", dijo. Y concluyó su intervención señalando a Bóveda como "santo laico" y colocando en el portal de la casa en la que nació un ramo de flores antes de despedirse con un sonoro "¡Viva el BNG, Viva Ourense y Viva Galicia!".
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