"No hay industria teatral, no se genera taquilla y se vive de la subvención"

La autora estadounidense Eve Ensler buscó acabar con los tabúes sobre la sexualidad femenina cuando escribió en 1996 Los monólogos de la vagina, una obra que han interpretado decenas de actrices, entre ellas Melanie Griffith, Calista Flockart o Susan Sarandon. En España fue Maite Merino (Madrid, 1962) quien la estrenó en marzo de 2000. Siete años después, aún recorre el país con ella, junto a Fanny Condado. Ya acumula más de 1.500 representaciones y 900.000 espectadores.

Pregunta. El objetivo de la obra es desmontar tabúes.

Respuesta. Al que los tiene se los desmonta. Hace pasarlo bien y reflexionar, porque todavía hay tabúes y una doble moral alrededor de la sexualidad. Es un texto dramático con mucha profundidad, muy bien escrito, puro teatro con un tema muy actual y serio abordado de una forma muy divertida.

P. Une drama y humor.

R. Un 10% de las historias son 100% drama. Se tratan las mutilaciones genitales en África y en los países musulmanes, y las violaciones y abusos sexuales a los niños en la guerra.

P. ¿Tras 1.500 representaciones no teme encasillarse?

R. No. Hago diez personajes y tampoco me puedes encasillar como monologuista, porque hay mucho diálogo entre las dos actrices. Y también hago otras cosas. Durante un tiempo he compaginado la función con televisión.

P. Tuvo problemas con el título de la obra. ¿Sobra correción y falta audacia en el teatro español?

R. Falta audacia y falta leerse los textos.

P. Numerosos actores dicen que trabajan mucho para que luego las mayores rentas se las lleven otros. ¿En su caso, asumir la producción es un modo de paliar esa descompensación?

R. Nos quejamos mucho, pero a mí ahora me encantaría ser actriz solo, que me contrataran en un proyecto interesante y me pagaran mi sueldo. Los actores se quejan porque en televisión te pagan mucho, pero el teatro no da para más, porque no hay una industria, no genera taquilla y se vive de la subvención. Por eso no puedes tener unos sueldos muy altos, aunque sea un trabajo muy duro. Pocos se han hecho ricos en este país con el teatro.

P. ¿Los monólogos están aquí para quedarse?

R. La moda de los monólogos existe porque el público quiere ver a la gente de la tele, aunque cuando surgen obras con más personajes creo que el público lo agradece.