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Desnuda por un dolor de garganta

Detenido un médico que abusó de cinco pacientes en un ambulatorio

F. Javier Barroso

Giovanni Elmer Onofre P. M., de 41 años, tenía una manera "muy especial" de diagnosticar. Aunque tuvieran una simple infección de garganta, este médico que hacía una sustitución en un centro de salud de Móstoles, obligaba a sus pacientes a desnudarse y las sometía a tocamientos. En algunos casos los abusos incluyeron la introducción del dedo en la vagina. Así consta en las cinco denuncias presentadas por las víctimas. El médico ha sido detenido y acusado de cinco delitos contra la libertad sexual, según la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Ya ha ingresado en prisión.

Ocurrió el 4 de junio, cuando Giovanni Elmer hizo una sustitución como médico de guardia. Una paciente de 29 años fue a la consulta porque padecía infección de orina. "Me tuvo en la consulta unos 40 minutos. Fue muy duro porque piensas que estás con un profesional, pero te das cuenta de que se está aprovechando", comentó la víctima.

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A ella le hizo quitarse la camisa y tumbarse en la camilla. Le desabrochó el sujetador y empezó a tocarle los pechos. Después le dijo que se bajara la falda para ver si tenía los uréteres inflamados. Y la sometió a tocamientos. "No paraba de preguntar si practicaba la penetración anal, si había tenido relaciones sexuales el día anterior, si había conseguido el orgasmo y cuántas veces, si mi pareja también lo alcanzó... Fue muy brusco en todo momento. Me sentí muy coaccionada", recordó esta paciente. Desde entonces, toma pastillas para poder dormir.

"He tenido que repetirlo tantas veces, ante la asistente social, la policía, en el juzgado... Así no hay quien se lo quite de la cabeza. Me sentí muy mal al salir de la consulta y todavía no lo he superado. Siempre he tenido médicos hombres y nunca me había pasado nada tan desagradable", añade esta mujer.

Un caso parecido le ocurrió ese mismo día a otra paciente de 23 años. Sufría fuertes dolores menstruales, por lo que decidió ir al médico de guardia. La acompañaba su hermano, pero no pudo entrar en la consulta, pese a que un cartel así lo autorizaba. Este facultativo accidental se lo prohibió. "Me hizo preguntas raras, como qué tipo de relaciones sexuales mantenía y durante cuánto tiempo. También me preguntó por las posturas que hacía con mi pareja y me obligó a ponerme en algunas posiciones que no tenían nada que ver con una inspección ginecológica", afirma. "Ya me extrañó que no se pusiera guantes para la exploración", añade. Al salir de la consulta le recetó Nolotil y Buscapina, por vía intravenosa, dos medicamentos poco indicados para los dolores menstruales.

Otra vecina de Móstoles, de 25 años, supo atajar el posible abuso de Giovanni Elmer Onofre a tiempo. Esta mujer acudió a la consulta porque tenía un dolor de garganta agudo. Tras hacerle unas preguntas previas, le dijo que se tumbara en la camilla y le quitó el sujetador sin su consentimiento. "Me sobó el pecho. Cuando le pregunte si era necesario, no me dio una contestación clara. Murmuraba para dar rodeos", explica la mujer. Después empezó a tocarle el estómago y lo intentó "por debajo de la falda". "Me pidió que me la quitara, pero me negué. Y entonces ya se fue a la mesa. Me sorprendió la facilidad con que me quitó el sujetador", añadió. "Me siento bastante mal, porque parece que soy el objeto sexual de alguien. Han abusado de mí, de una forma tan ingenua... Te crees que estás con un médico, con un profesional y te das cuenta de que es un pervertido", concluye. La prescripción resultó sorprendente: le mandó una analítica para ver si había infección.

Los policías lo detuvieron en la estación de Cercanías de Móstoles, cuando se disponía a subir al tren de regreso a León.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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