Dos pilotos mueren tras estrellarse su helicóptero en los montes de Oñati

El comandante y el copiloto de un helicóptero con base en Alicante fallecieron a mediodía de ayer tras estrellarse su aparato en las inmediaciones del barrio de Araotz, en el municipio guipuzcoano de Oñati. La intensa niebla que se registraba en ese momento en el lugar del suceso, una zona montañosa próxima al santuario de Arantzazu, se plantea como la posible causa del accidente. El aparato fue revisado por última vez en marzo.

El helicóptero Bell 212 accidentado, propiedad de la compañía Helisureste, del grupo Inaer, despegó de Santander sobre las 10.45 en vuelo directo a Alicante vía Teruel, según informó la empresa. El aparato regresaba a su base central tras concluir las labores de protección civil que había realizado para el Gobierno de Cantabria, en sustitución del helicóptero titular del servicio, perteneciente a la empresa Tavasa y en parada técnica para someterse a la revisión anual obligatoria.

A bordo de la aeronave viajaban su comandante, José Javier García, de 51 años, natural de Cartagena (Murcia), un profesional con 4.880 horas de vuelo, y el copiloto, Juan Manuel Mateo, de 37 años, nacido en Santa Lucía de Tarajana (Las Palmas de Gran Canaria) y con 977 horas de experiencia.

El mortal accidente se produjo quince minutos antes de las 12.00, cuando el aparato llevaba cerca de una hora volando. El servicio de emergencias SOS Deiak recibió una llamada en la que se alertaba de un estruendo en la zona montañosa de Araotz, en Oñati, donde en ese momento había bastante niebla.

Tras confirmar la torre de control aéreo de Santander que había perdido el contacto con un helicóptero, técnicos de Emergencias y miembros de la Dirección de Montes de la Diputación guipuzcoana y de la brigada móvil de montaña de la Ertzaintza, así como un helicóptero de la Policía autonómica, se trasladaron al lugar del siniestro. Poco antes de la 13.00 localizaron la aeronave con sus dos tripulantes fallecidos.

Directivos de Helisureste se desplazaron al escenario del accidente. La empresa informó a través de un comunicado que, además de la rutinaria inspección que se realiza a las aeronaves antes de iniciar el vuelo, el Bell 212 siniestrado había pasado su última revisión general en marzo de este año. Desde entonces sólo había realizado 70 horas de vuelo, según la compañía, creada en 1983 y dedicada al transporte público de pasajeros y a trabajos aéreos de ámbito europeo.