Diez escolares con discapacidades afrontan la selectividad en un centro especializado
Los estudiantes con discapacidades visuales, auditivas o de otro tipo no se libran de la selectividad aunque pueden escoger cómo superarla: en las mismas condiciones que sus compañeros de pupitre o en un centro especializado, al que este año han recurrido diez escolares de toda Galicia. En ambos casos el examen es exactamente igual al que se plantea en el resto de la comunidad autónoma. La diferencia es que aquí cuentan con más tiempo.
Después de casi dos horas sale la primera alumna. Se llama Ana Pérez y padece deficiencia visual, por lo que ha solicitado que le amplíen el texto para hacer la letra más grande y poder "usar gafas y una lupa, como siempre". Al rato aparece Jorge, de Vigo, con los ojos puestos en la facultad de Historia de Santiago y al que un problema en la muñeca le impide ofrecer una caligrafía legible, por lo que dispusieron un ordenador para él y otras dos personas.
Para otros el trago es más complicado y el tiempo el principal obstáculo, ya que la única condición es que cuando empiecen los exámenes de la tarde tienen que haber entregado los de la mañana. Una joven con parálisis cerebral mecanografía las respuestas con dos dedos sobre un teclado de ordenador y con la ayuda de una palanca especial, que hace las funciones del ratón. "Lo escribe todo y cuando se cansa se lo dicta al tribunal, pero habla muy despacio y le lleva más tiempo", explica Rosa Garrido, del Centro de Recursos Educativos de la ONCE en Pontevedra, el único apto en Galicia para hacer frente a las necesidades de estos escolares.
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