Conde-Pumpido nombra para Valencia un fiscal contra delitos en Internet

La intensidad de los delitos a través de Internet y la voluntad de especialización para un mejor combate contra la delincuencia que se ha propuesto la Fiscalía General del Estado se traducen en un nuevo nombramiento para Valencia, el de un fiscal especializado en delitos a través de Internet. El titular de la plaza aún no está decidido, será en breve. Según explicó ayer el portavoz de la Fiscalía de Valencia, la forma de cometer los delitos ha evolucionado y de forma evidente se aprovecha de las nuevas tecnologías. La clonación de tarjetas, por ejemplo, tal como señaló, es uno de los ejemplos que mejor ilustra cómo un delito como la estafa ha encontrado su espacio a pesar de las precauciones y seguridades de las nuevas tecnologías.

Pero no es sólo eso, tal como explicó ayer el portavoz, Internet está cada vez más extendido para operaciones hasta hace relativamente poco tiempo de práctica muy minoritaria. Ha crecido la compra por Internet, con lo que se pierde la pista del proveedor del servicio o producto. Y han crecido, de forma considerable, las operaciones bancarias comunes, los pagos a través de la red. Por tanto, para luchar contra los delincuentes que sí dominan el lenguaje cibernético y se aprovechan de él para cometer determinados delitos, la Fiscalía General del Estado ha aprobado la creación de una especialidad más y dará una formación ad hoc a su titular.

La gran batalla para esa nueva sección está también en la lucha contra la pornografía infantil y la difusión de vídeos. Según el portavoz de la fiscalía de Valencia, ese es uno de los núcleos, de los objetivos prioritarios de la nueva especialidad. Según él, la persecución de este tipo de delitos es muy compleja porque la arqueología tecnológica de la que se aprovechan los delincuentes es muy sofisticada, por tanto, necesita ser combatida con las mismas armas, esas que ya utilizan grupos especiales tanto de la policía nacional como de la Guardia Civil. El portavoz insistió ayer en la necesidad de contar con medios capaces de habilitar a los fiscales para combatir practicas delictivas que se alejan mucho de las formas tradicionales.