Unidad frente a ETA
Seguimos sumergidos en la resaca del anuncio, por parte de la banda terrorista ETA, de la ruptura del alto al fuego permanente, ruptura que como todos sabíamos ya se había roto con el atentado de la T-4 en Madrid.
Este anuncio trunca la esperanza de paz, la ausencia de violencia terrorista de ETA en España. De nuevo son los mismos los que han vuelto a romper, a liquidar, a exterminar, a acabar con la esperanza de paz. Son y han sido ellos, como siempre, quienes lo han hecho, y nadie más que los terroristas de ETA son culpables de ello.
Quiero hacer un llamamiento a las fuerzas democráticas y a cada uno de los ciudadanos, a los partidos políticos, al Gobierno y a las instituciones, para que hoy más que nunca se unan contra el terrorismo; porque frente al asesinato, a la extorsión y la barbarie sólo vale la unidad de todas y cada una de las fuerzas democráticas. Debemos unirnos en torno al Estado de derecho, en torno a las instituciones democráticas, en torno al Parlamento y sobre todo en torno al Gobierno de España y a nuestro presidente José Luis Rodríguez Zapatero.
Cuando los bárbaros amenazan con asestar golpes a la democracia, los demócratas debemos ser fuertes y anteponer el sentido común y la unidad a nuestras diferencias. Y esa unidad es la que representan nuestras instituciones y nuestros gobernantes, elegidos democráticamente.
Hoy, mañana y siempre, sólo pueden salir de nuestras bocas palabras, reproches y condenas a los terroristas, a los asesinos, a los instigadores de la violencia, a los que amenazan, a los que extorsionan; y sólo tienen que salir palabras de apoyo, cariño y respeto hacia las víctimas, hacia los poderes públicos, hacia la unidad de la ciudadanía, hacia los partidos democráticos, hacia el Gobierno y su presidente.
Sólo de esta manera estaremos más cerca del fin de la violencia terrorista de ETA, sólo desde este convencimiento podremos seguir creyendo en la esperanza de la paz para todos los españoles, sólo desde este camino podremos avanzar a una sociedad sin ataduras, sin extorsiones, sin violencia y en libertad, como ya he reflejado otras veces.- Raúl Santiago García López.
Desde la ruptura oficial de la tregua de ETA, un intenso debate político y mediático se está desarrollando en torno a un posible pacto PP-PSOE contra ETA, un debate ofensivo. No me malinterpreten: es necesario un pacto contra ETA. Es necesario utilizar las armas de que dispone un país democrático para frenarlos. Pero me temo que se está perdiendo el orden de prioridades.
Me parece ofensivo que intereses partidarios o personales primen sobre la necesidad de un no rotundo y claro a la violencia que debería estar por encima de ideologías e intereses sectarios.
Me parece ofensivo, también, que se plantee un pacto entre las dos principales fuerzas políticas, obviando de nuevo a tantas ideologías minoritarias necesarias que, por olvidadas que estén, existen. Es necesario un no unánime de todas las fuerzas políticas que condenan la violencia y de todos los individuos. Y esto incluye especialmente a todas las fuerzas políticas nacionalistas no violentas, profundamente perjudicadas por la existencia de los nacionalistas violentos.
El inicio de la negociación pacífica se produjo con apoyo parlamentario mayoritario, que no unánime. Era necesario intentarlo, agotar todas las vías. Ahora es necesaria la condena unánime a la violencia. A través del Parlamento, pero abierta a todas las ideologías que no tengan representación en él. Es el momento de proclamar nuestro no a la violencia y al miedo por encima de ideologías o intereses personales.
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