Una brillante disección sobre la familia gana el Festival de Peñíscola
'Vete de mí', de Víctor García León, narra la turbulenta relación entre un padre y su hijo
Vete de mí, la contundente disección del universo familiar a partir de la turbulenta relación entre un padre y un hijo, ganó ayer el Premio Calabuch a la mejor película en la 19ª edición del Festival de Comedia de Peñíscola. Las otras grandes triunfadoras del certamen fueron Va a ser que nadie es perfecto, que logró los galardones al mejor actor, compartido por su trío protagonista, y al mejor guión, y Miguel y William, que consiguió el premio especial del jurado y el del público.
La película menos cómica del certamen se alzó con el gran premio del jurado. Vete de mí, de Víctor García León, un descarnado retrato de una familia disfuncional, a través de la relación, casual, entre un padre y un hijo que, como Quijote y Sancho, trocan su personalidad para convertirse en víctima y verdugo, consiguió el principal galardón en el Festival de Peñíscola, según la decisión del jurado presidido por el cineasta Antonio Giménez Rico. El premio especial del jurado, teórica medalla de plata en el festival, lo compartieron la comedia local Kustsidazu bidea, Ixabel, (Enséñame el camino, Isabel) de Fernando Bernués y Mireia Gabilondo, un divertido entretenimiento con el conflicto vasco como marco de fondo, y Miguel y William, de Inés París, un profundo ejercicio teatral que narra el improbable encuentro entre Shakespeare y Cervantes en la Castilla del siglo XVI y que también se alzó con el premio del público. La comedia satírica Va a ser que nadie es perfecto, de Joaquín Oristrell, una cáustica reflexión sobre la imperfección física, fue la otra gran triunfadora del certamen peñiscolano, al ganar el premio al mejor actor, que compartieron sus tres protagonistas, Santi Millán, Fernando Tejero y José Luis García Pérez, y el del mejor guión, que premia el sentido del humor de Albert Espinosa.
"Miguel y William' y 'Enséñame el camino, Isabel', Premio Especial del Jurado 'ex aequo'
El resto de distinciones del festival castellonense fueron para Fernando Colomo, como mejor director, por El próximo Oriente, y Elvira Mínguez, protagonista de La caja. Por su parte, el Premio Samuel Bronston al mejor cortometraje fue para Bichos raros, de Estíbaliz Burgaleta y Alegría Collantes.
La 19º edición del Festival Internacional de Comedia de Peñíscola cerró anoche sus puertas con una gala, revestida del glamour que merece un certamen que parece recuperar el tono que había adquirido en ediciones anteriores. Esa era, al menos, la intención de su director, el periodista Juan Ignacio Carrasco, que pretendía "rescatar la esencia de lo que fue este festival en sus primeros años". Así, la principal apuesta del equipo de organización ha estado en la seriedad de sus proyecciones, de una pulcritud difícil de ver en certámenes cinematográficos, y en el intento de crear una plataforma del cine de comedia español, a través de sus secciones oficiales, de cortos y largos, que recibieron el reconocimiento de los jurados, para los que la competición tuvo un nivel "estupendo".
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