Reacción discreta

Los mercados de valores cierran esta semana con una jornada muy irregular, pero con resultados razonablemente buenos. El Ibex 35 mantuvo en jaque a los inversores durante todo el día por sus constantes altibajos que, tan pronto apuntaban hacia la recuperación como amenazaban a los soportes más cercanos.

El dato del déficit comercial de Estados Unidos para el mes de abril, con un descenso del 6,2% gracias a la caída de las importaciones, aportó en el momento del cierre la tranquilidad que faltó durante todo el día y el Ibex 35 consiguió terminar con una subida del 0,62%. El índice de las empresas medianas subió el 0,52% y el de las pequeñas el 0,96%.

La brusquedad de los movimientos que viene registrando el mercado español en los últimos días es tanto fruto de las retiradas lógicas tras alcanzarse nuevos máximos históricos como de la actividad de la inversión a corto plazo, que últimamente es la que impone su ley, al menos en la Bolsa española. Cualquier intento de seguir la pauta del conjunto de los mercados de valores tiene que superar primero las barreras del trading, en ocasiones con operaciones en descubierto que dan una idea sesgada de la situación de fondo del mercado. Ayer, la Bolsa española abrió tirando del papel hasta agotar existencias, lo que provocó una caída inicial y la posterior recuperación, la primera de las muchas que habría en esta sesión y que provocaron una diferencia de casi el 2% entre los niveles máximo y mínimo del día en el Ibex 35.

La rentabilidad del bono a 10 años subió hasta el 4,64% en consonancia con las expectativas de futuras subidas de los tipos de interés y dando la razón a los analistas que ven en la renta fija una posible alternativa a la agitación de la Bolsa.

La contratación en el Mercado Continuo cayó hasta los 6.550,25 millones de euros.