Siete años de sequía

"Todos los años suspiramos para llegar a Europa como para ahora dar la espalda al torneo". Radomir Antic pronunció esas palabras hace siete años, la víspera de caer eliminado en los octavos de la Copa de la UEFA en el campo del Lens. Desde entonces, en la ribera del Manzanares cualquier referencia a Europa suena a destino exótico, a una especie de El Dorado inalcanzable. La declaración de intenciones del entonces técnico del Atlético cobra fuerza tras las innumerables penas que, desde entonces, ha pasado el cuadro rojiblanco.

Javier Aguirre quiere acabar con la maldición esta noche frente a un Celta con la soga al cuello. El preparador mexicano quiere suceder a Antic -aunque en la campaña de 1998-99 acabó en la 13ª posición en la Liga, logró el pase a la UEFA pese a perder la Copa del Rey con el Valencia (0-3)- de una vez por todas. "Queremos despedirnos como se merece de la afición. ¡Dependemos de nosotros mismos!", refiere el entrenador, que aun así estará pendiente del resultado entre Athletic y Villarreal. Su puesto, pase lo que pase, "no peligra" según los responsables del club, cuyos planes de futuro, sus estudios de márketing, dependen del regreso a las competiciones continentales.

Contra el Celta, será la primera vez en toda la temporada que Aguirre disponga de toda su potencial ofensivo: Luccin, Costinha, Maxi, Gabi, Miguel, Petrov, Jurado, Galletti, Torres, Agüero y Mista.

Una victoria del Atlético condenará a Segunda al cuadro vigués, anterior equipo de Luccin. "¿Pena? ¡Eso es el fútbol!", responde el centrocampista francés. Fernando Torres es la principal novedad en la lista de convocados. El capitán rojiblanco, único superviviente de la plantilla que se fogueó durante dos años en el infierno de Segunda, ha forzado y parece recuperado del esguince en el tobillo izquierdo que sufrió tras una entrada de Sergio Ramos durante un entrenamiento con la selección en la sede de la federación en Las Rozas.

Antes de Aguirre, Gregorio Manzano fue el único que realmente estuvo a punto de meter al grupo en la UEFA. Sólo que en la penúltima jornada de la campaña de 2003-04, la que iba a certificar el pase, se truncó en infierno. Dos goles del Zaragoza en el Calderón, obra de Toledo, en los minutos 88 y 90, impidieron la vuelta a la pomada de la escuadra. El club decidió el relevo en el banquillo y César Ferrando perdió el billete a Europa en la final de la Intertoto, en la ruleta de penaltis frente a Pepe Reina.