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El alcalde de La Vila reconoce que ha ejercido de médico sin título y dimite

El regidor trabajó como galeno durante dos años sin estar además colegiado

El alcalde de La Vila Joiosa, José Miguel Llorca Senabre, del PP, reconoció ayer que ha ejercido como médico sin titulación oficial y sin estar colegiado y presentó su dimisión. El ex regidor comunicó su renuncia al cargo mediante una nota oficial remitida a los medios de comunicación que textualmente dice: "Me desnudó ante vosotros. Es cierto que mi situación personal me impidió completar los estudios de Medicina", Llorca ha ocultado su condición de falso médico tanto a la ciudadanía como al PP desde 1999 cuando ganó la alcaldía con mayoría absoluta.

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No pudo aguantar la presión y ante la evidencia al alcalde de La Vila Joiosa arrojó la toalla y anunció anoche que renunciaba al acta de concejal electo obtenida el pasado 27 de mayo. En el escrito de dimisión el primer edil en funciones asegura: "Fue un gran error [no acabar la carrera y ocultarlo] por el que ahora asumo mi responsabilidad. Quien de vosotros tenga la capacidad de perdonar que me perdone, y quien no que me disculpe". La dimisión de Llorca se gestó a lo largo de la jornada de ayer cuando le fue imposible demostrar a la dirección regional del PP y a sus compañeros que sí tenía la titulación oficial para ejercer de galeno. Ante la evidencia y presionado por la dirección regional del PP, Llorca hizo efectiva su dimisión al final de una reunión de militantes del PP de la que se ausentó y delegó en el secretario local, Jerónimo Lloret, la lectura del comunicado.

El alcalde de La Vila ha ocultado esta falso dato de su currículo profesional durante toda su vida. Antes de 1998, cuando empezó a pasar consulta en la clínica La Creueta, de la que era presidente, todos pensaban que era licenciado en Medicina. Durante dos años adquirió fama y prestigio en la localidad como un galeno "eficaz y atento", en palabras de sus pacientes. Llorca se valió de la actividad profesional como trampolín para lanzarse a la política, de hecho, en 1999 fue elegido alcalde con mayoría absoluta. Todos sus electores y compañeros de corporación estaban convencidos de que tenían un médico en la alcaldía. Al acceder al cargo de primer edil, Llorca dejó la práctica de la medicina, pero no así la titularidad de la clínica La Creueta, de la que se desvinculó definitivamente en 2003.

Pese al masivo y colectivo engaño en su despedida Llorca no tuvo pudor y arremetió contra los sectores ciudadanos y medios de comunicación que en su opinión le han criticado sin fundamento: "No ha sido un camino de rosas. Al contrario. Las zancadillas han sido constantes y cada logro ha sido lamentablemente acompañado de una persecución implacable y a la vez despreciable. Me han perseguido en los juzgados a través de querellas y denuncias falaces, repletas de injurias, calumnias y mentiras. Y es una persecución tan cruel que incluso ahora invade mi personal", se lamenta Llorca en su nota de despedida.

El alcalde dimisionario además de ejercer la medicina sin titulación tampoco estaba dado de alta en el Colegio Oficial de Médicos de Alicante. Su presidente, Ricardo Ferré, expresó su sorpresa por esta situación. Ferré desveló que Llorca hace unos días le llamó para pedirle una cita personal y explicar su situación "pero nunca vino a verme". El presidente del Colegio tras consultar con los servicios jurídicos señaló que no hay denuncia alguna y el supuesto delito de intrusismo profesional ha prescrito al haber ocurrido hace más tres años.

Sin embargo, la ambición política y de poder de Llorca Senabre eran insaciables. En estas elecciones figura en el puesto 22 de la lista autonómica del PP por Alicante y podría ocupar un escaño en las Cortes tras el nombramiento del nuevo Consell y de los directores generales que provocará un avance en la lista. Durante toda la jornada de ayer las presiones fueron constantes, y las fuertes llegaron desde la dirección regional del PP en Valencia, con Francisco Camps a la cabeza. Algunos de los colaboradores más próximos a Llorca llegaron a comentar que el propio presidente regional del PP le había exigido su renuncia.

La férrea decisión de los campistas de hacer dimitir al alcalde contrastó con la tibieza expresada durante toda la jornada, y en los últimos días, por el presidente provincial del PP, José Joaquín Ripoll, del sector zaplanista. La primera ausencia destacada del alcalde fue no acudir a una comida en Finestrat con Ripoll y sus compañeros de la comarca. "Habíamos quedado en que íbamos a recogerle, pero a última hora me ha llamado y ha dicho que no podía venir", admitió el propio Ripoll, que en esos momentos minimizó la polémica y recordó que "a Llorca no le votan por médico. Son cuestiones que están al margen de la política. Mi ilusión es que vuelva a ser alcalde el día 16", añadió.

Durante la mañana el primer edil no visitó el Consistorio, pero estuvo reunido con personas de su confianza. A las dos se reunió con varios concejales en su chalé, donde se recluyó durante toda la tarde sin coger el teléfono ni querer atender a la prensa. Personas de su más estricta confianza explicaron a este periódico que el primer edil estaba desolado ante las acusaciones, uno de los hechos que contribuyeron a hundir a Llorca fue la información aparecida en EL PAÍS sobre el avance de las negociaciones entre los cuatro partidos que suman la nueva mayoría después de las elecciones. Sobre esta situación en su comunicado el alcalde atribuyó "el cruel y desaforado ataque a mi vida personal" en un intento de excluirlo de los pactos para conformar nuevo gobierno municipal. "Me han querido excluir del diálogo", precisó sin concretar las personas que le habían marginado. Llorca sigue, de momento, como presidente local del PP, no obstante, su partido se reunirá en breve para analizar la militancia de Llorca.

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