Las aerolíneas prevén lograr beneficios este año por primera vez desde el 11-S
La IATA lanza un programa 'verde' para lograr en 50 años un avión no contaminante
Es calderilla, pero peor es perder. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA en sus siglas inglesas) prevé que la industria global de las aerolíneas gane dinero este año por primera vez desde los ataques terroristas contra Estados Unidos en 2001. Serán 5.000 millones de dólares (3.700 millones de euros) frente a las pérdidas acumuladas de 42.100 millones de dólares desde el 11-S. El sector de las aerolíneas se ha propuesto lograr un avión no contaminante en un plazo de 50 años como uno de los retos de estas empresas para mejorar el medio ambiente.
El primer ejecutivo de la IATA, Giovanni Bisignani, considera que las ganancias previstas para este año son calderilla y considera que se necesita alcanzar los 40.000 millones de dólares anuales de beneficio sólo para cubrir el coste de capital de un sector que genera 470.000 millones de dólares al año.
Desde los ataques terroristas con aviones de pasajeros en 2001 en Washington y Nueva York la industria del transporte aéreo no había levantado cabeza. Las crecientes y casi siempre irritantes medidas de seguridad y el desorbitado aumento del precio de los carburantes han hecho perder a las compañías unos 42.100 millones de dólares globalmente en los últimos seis años. Pero las aerolíneas han conseguido reducir los costes operativos sin incluir el queroseno un 15% y los de distribución un 13%.
Las compañías son ahora mucho más eficientes y su productividad laboral se ha duplicado. Si en 2002 "necesitábamos un precio de 20 dólares por barril de petróleo para lograr beneficios hoy somos rentables a cerca de 70 el barril", dijo ayer Bisignani ante los más de 600 delegados de 243 aerolíneas de todo el mundo en la 63 Asamblea General de la IATA en Vancouver (Cánada). El fuerte crecimiento económico previsto para Europa y Asia este año han elevado las previsiones de la IATA de 3.800 que había vaticinado en diciembre pasado a 5.000 millones de dólares para este año.
Un logro importante pero que alimenta poco a una industria que necesita ganar al menos 40.000 millones de dólares, según Bisignani para cubrir los coste de capital de un sector que tiene una deuda global de unos 200.000 millones. Para 2008 la previsión es que no se alcance ni la cuarta parte: unas ganancias de sólo 9.600 millones de dólares.
Pero en esta reunión de la IATA el asunto clave es el medio ambiente. El transporte aéreo ha sido acusado de contribuir a las emisiones de efecto invernadero incluso más que las vacas. Para lograr las cero emisiones con que sueña Bisignani, el director de la IATA anunció el nuevo Proyecto Verde para guiar a las aerolíneas en el camino del transporte ecológico. Enunció algunas metas que deben alcanzar, en primer lugar los gobiernos. Una gestión del tráfico más eficiente ahorraría 35 millones de toneladas de CO2 al año. En ese sentido conminó a la primera ministra alemana Angela Merkel a convencer a sus colegas del G8 a que se impliquen en el cielo único europeo.
La IATA considera que en el largo plazo será la tecnología la que solucione el problema y logre un avión que no emita ni gota de CO2 a la atmósfera, para lo que dio un plazo de 50 años.
Por otro lado, el presidente de British Airways, Willie Walsh, negó que tenga un acuerdo con sus socios para elevar su participación en Iberia tras la eventual compra de la española por el consorcio que ha conformado. Walsh explicó que de momento el grupo que ha formado con el fondo TPG, Vista Capital (del Santander), Inversiones Ibersuizas y Quercus, "está a la espera de que el consejo de Iberia decida" si suministra al consorcio la información que le ha solicitado como paso previo para lanzar una oferta por Iberia. El consejo de esta empresa no se pronunciará antes de final de mes.
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