El adiós de dos históricos
El Bidasoa y el Teka, ex campeones de Europa, descienden por sus problemas económicos
"Jamás había visto cosa igual... Si hasta hemos tenido dos casos de paperas y uno con ingreso de urgencias en el hospital...". Julián Ruiz dirige al Bidasoa, un histórico que consumó ayer su descenso al perder en la última jornada de la Liga Asobal en la pista del Portland por 32-24. El Teka, otro buque insignia del balonmano español, también se despidió de la máxima categoría al perder por 30-27 en Granollers, mientras que el Darien Logroño, implicado en el descenso, se salvó venciendo al Altea por 28-20.
"El equipo arrastra deudas importantes, parte del presupuesto se destina a paliar esas deudas y el club está en manos casi de las instituciones. Y ya sabemos que el calendario de las instituciones es distinto del de los clubes", señala Fran Ávila, primer año como entrenador del Teka. "En esas condiciones, el mercado se pone muy difícil para un equipo como el nuestro. Con decir que el joven prometedor que ficha uno de los grandes para nosotros sería el fichaje estrella, está todo dicho". Atrás quedaron los tiempos en que entre ambos consiguieron dos copas de Europa, dos Recopas, cuatro Ligas Asobal, tres Copas del Rey, cinco Copas Asobal (cuatro el Teka) y una Copa EHF del equipo cántabro.
Ciudad Real, Portland y Ademar jugarán la Liga de Campeones, en la que no estará el Barcelona
Bidasoa, que el año pasado jugó la Copa EHF, y Teka representan el hundimiento de una parte de la historia del balonmano español. Dos clásicos en apuros al parecer por dos razones: el presupuesto y las lesiones. "Cuando Bidasoa era Elgorriaga y Teka era Teka, ambos estaban arriba. Quien tiene pasta, está arriba, quien no la tiene, pues abajo", asegura Julián Ruiz, entrenador de Bidasoa, que vive una doble decepción, la de su equipo y la de su ex equipo (jugó en el Teka y lo entrenó después). La diferencia económica es abrumadora. "El quinto clasificado tiene 39 puntos y los de abajo acabamos con 16 y 17. Eso significa que para muchos es muy difícil puntuar. Si en los pocos partidos en los que puedes sumar te afectan las lesiones, te quedas en el pozo. La diferencia de potencial es enorme", explica Ávila.
El nombre no cuenta, prevalece el dinero "porque además hay que sumar que los equipos que vienen de Segunda arrastran un grado de ilusión y de complicidad social enorme, llenan los pabellones y no es lo mismo jugar ante 3.000 espectadores que ante 750", afirman ambos entrenadores. A esa explicación añade Ruiz otra socioeconómica: "El ejemplo del Cai Aragón refleja la pujanza de clubes de ciudades en expansión. Zaragoza se está expandiendo, lo que se nota en el patrocinio".
Bidasoa y Teka están actualmente más ligados a organismos institucionales que empresariales. El apoyo institucional delata una crisis económica previa. El arrastre de la selección (con múltiples éxitos) no llega a los clubes. Ruiz cree que hay una razón global: "Cada día es más difícil fidelizar al espectador en un espectáculo que se produce cada 15 días. Salvo en el fútbol, el cliente está cambiando". El Bidasoa, con 900 socios, no ha podido llenar la cancha de Arteleku y el Teka apenas ha encontrado 700 aficionados.
La competencia en la élite es cada vez mayor. El Barcelona no logró clasificarse para disputar la Liga de Campeones. Perdió por 33-32 en Ciudad Real. Aún venciendo no hubiera logrado su objetivo porque el Ademar de León venció al Arrate por 34-41 y se clasificó para la máxima competición europea junto al campeón, el Ciudad Real, y el Portland. El Barça disputará la Recopa y el Valladolid y el Cai, la Copa EHF. Espar (Barça), Duishebaev (Ciudad Real), Cadenas (Ademar) y Equisoain (Portland) se despidieron ayer como entrenadores de sus equipos. Ascienden a la Asobal el Academia Octavio de Vigo y el Teucro de Pontevedra.
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