Tambores 'hippies'

La actriz madrileña, que estos días representa La casa de Bernarda Alba en el teatro Alcázar de Madrid, ha viajado dos veces a Jerusalén. La primera no le dejó buen sabor de boca. La segunda, dice, fue inolvidable.

¿Qué pasó la primera vez?

Hay países a los que no es agradable viajar sola si eres mujer. Yo pasé mucho tiempo por mi cuenta. Encima, unos me tomaban por judía y otros por árabe. Incluso me llevé una bofetada...

¡Venga ya!

Me había sentado en una escalera a cargar mi cámara entre la zona árabe y la judía. Vino un señor, me saludó. Le contesté y me dio una bofetada.

¿Entendió el porqué?

No, pero me di cuenta de que no debía estar ahí. Al margen de esa experiencia, la gente fue muy amable. Donde hay conflictos, uno se mete en lugares equivocados sin darse cuenta.

Algo bueno pasaría...

Lo mejor fue la escapada al mar Muerto. Acabamos tocando tambores en una comuna hippy hasta el amanecer.

¿Y el segundo viaje?

Fui con la plataforma de mujeres contra la violencia de género. La experiencia de mi vida.

¿Por qué?

Conocimos a mucha gente. Visitamos hospitales, colegios... las mujeres nos contaron sus inquietudes y nos pidieron frigoríficos para los hospitales.

¿Y visitó algún monumento?Sí, pero soy mala turista. Me cuesta abstraerme en un templo con turistas haciendo fotos. Prefiero hablar con la gente.