"Espero no perder el duende nunca"
Vanesa Martín (Málaga, 25 años) reedita su primer disco Agua con una nueva canción a dúo con David de María que puede encumbrar a una soñadora que no quiere perder nunca su "pellizco andaluz".
Pregunta. ¿Dónde encuentra la inspiración?
Respuesta. En la pena, pero también en la alegría o con la incertidumbre del amor. En la vida, en las personas cercanas, en una película que me emocione o en un libro. Todo ello puede terminar en canción. Canto lo que me mueve por dentro. Si no me apasiona o me emociona, no me sale por mucho que lo intente. No sé si alguien canta sin pasión. Yo no puedo.
P. ¿Por eso dice que cantar es como una terapia?
R. Y porque la mayoría de las canciones son autobiográficas. Normalmente escribo cuando tengo momentos en los que puedo decir algo. Me sirve de terapia porque suelto todo lo que llevo y no dejo nada dentro. Me relaja mucho.
P. ¿Componer o cantar?
R. Ambas cosas van cogidas de la mano. Lo que ocurre es que siempre he dicho que, al margen de mi carrera cantando mis propias canciones, me gustaría abrirme paso con una trayectoria componiendo para otra gente, como ya he hecho para el grupo sevillano Siempre Así o para una muchacha de México, llamada Estrella, que ganó un concurso del tipo Operación Triunfo.
P. Le gustaría ser como...
R. Como Vanesa Martín, con más repercusión y una mayor respuesta del público, pero como yo misma.
P. ¿De qué piropo a su música se acuerda más?
R. Hace poco una mujer mayor me dijo que tenía música en la garganta y que, pese a tener 65 años, le había emocionado y le había hecho pasar por todos los amores de su juventud. Me di cuenta de que la música no tiene edad.
P. ¿Qué siente sobre un escenario?
R. Hay momentos en que realmente sientes que estás tocando el cielo cuando consigues esa complicidad con el público. Estás haciendo lo que te gusta y recibes el reconocimiento a algo que ha nacido en la intimidad de tu cuarto. Notas que la gente está contigo, te dan cariño y cantan junto a ti. Eso es mágico.
P. ¿Un pequeño local o un gran auditorio?
R. Para las dos cosas hay su momento, pero me quedo con un teatro pequeño de unas 300 personas. Es donde estoy teniendo la suerte de cantar últimamente y me encanta. Disfruto en cada actuación el triple.
P. Y, ¿qué es para usted el Búho Real?
R. Como pub es el campamento base. Cuando llegué a Madrid, sin saber que era tan importante, vi el Búho Real en una guía de ocio. Me gustó el nombre, fui y entregué una maqueta. Me dieron una fecha y empezamos a trabajar. Al principio, a los conciertos iba muy poca gente pero con el boca a boca fue mucha más. Es como mi casa. Tanto que cuando tengo un concierto en Búho Real no tengo los nervios de cualquier otro concierto. Es como un encuentro de amigos.
P. Una malagueña en Madrid, ¿puede perder el duende de Andalucía?
R. Espero no perder el duende nunca. No pierdo ni el acento.
P. ¿Qué ha supuesto trabajar con Carlos Jean?
R. Con pocas palabras trabajamos muy bien. Estoy encantada porque ha sido una experiencia enriquecedora. No es un productor autoritario, que no te deja opinar y hacer nada. Ha contado conmigo para todo.
P. Así ha nacido Agua. ¿Qué transmite en su primer disco?
R. Es un disco muy fresquito, muy completo, con mucha variedad que desde la primera canción a la última puedes escucharla sin tener que saltar ningún número porque te va llevando por distintos estados de ánimo. Hay canciones para todos los gustos: desde la tranquilidad absoluta y la profundidad de unas letras a la energía de querer dar saltos al transportarte a historias que les ocurren a mucha gente.
P. ¿Cuál es su estilo musical?
R. Si me tengo que meter en alguna casilla lo hago en el pop. Hay gente que me ha metido en el flamenco pop, pero yo no lo hago. Me gusta muchísimo, pero yo tengo el deje de Málaga y mi pellizco que nunca perderé.
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