_
_
_
_
Crónica:Tenis | Roland Garros
Crónica
Texto informativo con interpretación

En busca del tercer hombre

Djokovic, Davydenko, Cañas, Hewitt o Almagro aspiran a dar la sorpresa ante los dos favoritos

Joseph Cotten nunca se creyó que Orson Wells hubiera muerto en un accidente. Llegó a la vieja Viena de la posguerra disfrazado de escritor y se puso a desenredar las extrañas circunstancias del fallecimiento de su amigo. Buscaba, lo cuenta la película de Carol Reed, al tercer hombre. En París no se ha muerto nadie, pero el público también lo busca. Roland Garros vive pendiente de Roger Federer, que ayer terminó de vencer al estadounidense Michael Russel (6-3, 6-2 y 6-4) y de Rafael Nadal, que ganó al argentino Juan Martín del Potro (7-5, 6-3 y 6-2). Son los favoritos. Los héroes del torneo, que ayer disfrutó del sol y hoy espera de nuevo la lluvia. Todos los focos son para ellos. Toda la presión. Y todos los compromisos. Los otros tenistas, mientras tanto, respiran liberados. A salvo de cualquier exigencia. El disfraz se ajusta con precisión a los gustos de un puñado selecto de ellos. Son la alternativa. Gente señalada por Nadal y Federer como sus más peligrosos rivales. Los candidatos a tercer hombre.

"Me han sorprendido sus progresos. Ha hecho un trabajo increíble", dice Federer de Djokovic
Más información
"Aquí nunca empiezo bien", dice Nadal tras ganar a Del Potro

"¡Tengo una gran confianza en mis posibilidades!", ruge el serbio Novak Djokovic, de 19 años; "es frustrante trabajar tan duro para que todo gire alrededor de Nadal y Federer. ¡Es broma! Son los favoritos, pero sueño con ganar un grande. Federer ha batido a Nadal en tierra. ¡Eso nos da confianza a todos! Ya sé lo que hay que hacer".

A Djokovic, leñador y artista, que mezcla el tenis más duro con el más elegante, le distingue el descaro irreverente de los jóvenes y la seguridad de los deportistas especiales. No siempre fue así. "La primera vez que jugamos, no me impresionó mucho", dijo de él Federer; "me han sorprendido mucho sus progresos. Ahora es muy buen jugador. Puede mejorar el saque. Desde la línea de fondo, es estable. Es agresivo desde los dos lados. No preví que fuera a ocurrir, la verdad. Pensé: 'Un buen júnior, pero le costará estar entre los diez mejores'. Especialmente, tan pronto como lo ha conseguido. Ha demostrado que me equivocaba. Ha hecho un trabajo increíble. Es muy consistente en todas las superficies. Todos hablan de mi rivalidad con Nadal, pero hay otros jugadores".

Nikolay Davydenko sigue siendo uno, aunque por una gota. El ruso aprendió el martes que los riesgos del agua trascienden de los resbalones: por un pelo no le descalificaron por llegar tarde a su partido. Llovía. Y Davydenko andaba, más bien se desesperaba, atascado en la carretera. Acabó ganando. Y se sintió reforzado: "Si Nadal y Federer me tienen miedo, genial. Quiero ganar, aunque no sé si puedo contra Nadal. Es rapidísimo. Y aguanta todo el partido. En Roma

[perdió por poco contra él] hice un juego táctico porque me di cuenta de que todos intentaban ganarle pegando fuerte a la bola, buscando golpes ganadores. Decidí cambiarlo todo. Y se lo puse difícil".

Más que difícil se lo ha puesto Guillermo Cañas a Federer. En París le acompañan sus padres y su novia, que despierta la admiración de la colonia argentina. Ha alquilado "un apartamento para estar tranquilo, como en casa". Y sólo tuerce el gesto cuando le preguntan por su sanción por dopaje, 15 meses sin jugar recurridos ante los tribunales. Dos años después, ha vuelto a un grand slam. Dos datos le avalan. Es canchero, especialista en tierra. Y este año ha vencido en dos ocasiones al número uno.

"Me gusta jugar en los grandes estadios", avisó Cañas. "París se vive diferente. No siento la presión de tener que hacer un milagro", aseguró; "Federer y Nadal son los dos grandes personajes, los que más posibilidades tienen. Pero puede haber sorpresas. Es difícil poner un tercero, pero he cogido el punto y me siento preparado para largar. Vine a buscar un gran torneo. Los últimos meses fueron grandiosos para mí y los próximos lo seguirán siendo".

El australiano Lleyton Hewitt también busca su momento. Como Nicolás Almagro, recién operado de un melanoma, que ayer venció al norteamericano Justin Gimelstob por un triple 6-4 y se soprendió al enterarse de que Àlex Corretja le había señalado como uno de los grandes tapados. "¡Ése sabe mucho!", dijo. Hoy le toca jugar contra el público: se enfrentará al francés Michaël Llodra: "Nadal y Federer son los favoritos. Yo estoy trabajando mucho. Si no es este año, será otro en el que llegue un buen resultado".

Nadal, tras vencer a Del Potro.
Nadal, tras vencer a Del Potro.ASSOCIATED PRESS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_