"Aquí nunca empiezo bien", dice Nadal tras ganar a Del Potro

De repente, Nadal se encontró en terrenos pantanosos. Desconocidos. El español, que nunca ha perdido un partido en Roland Garros, caía 5-3 en la primera manga y restaba el servicio del argentino Juan Martín del Potro. Mala cosa. Mal momento: el primer partido, el debut, es una ocasión temida, porque el cuerpo todavía no tiene ritmo de competición. Desde ese punto crítico hasta el siguiente disgusto, ocho juegos seguidos ganados por el español (7-5, 6-3 y 6-2 en dos horas y 19 minutos). El siguiente rival de Nadal saldrá del duelo entre Flavio Cipolla-Teimuraz Gabashvili, que no había acabado al cierre de esta edición.

El español arrancó titubeante. Y no le preocupa: "La primera ronda siempre es muy dura, sobre todo aquí, donde la pista es muy grande. No he jugado muy bien, pero he ganado. Aquí, en primera y segunda ronda, nunca he jugado bien. En tercera, pocas veces", dijo. "La realidad es esa. No lo digo agrandado, sino con humildad. Son torneos de presión y Del Potro era de los peores rivales que me podía tocar", continuó. "Era de los más peligrosos porque tiene potencial y es joven, con lo que juega sin presión. Si mejora el saque..., yo no sentía la bola como para hacer nada especial, aunque en Roma y Hamburgo he corrido mucho menos que otros años. Físicamente me encuentro bien.

Que las cosas cambian en tierra, que jugar en arcilla es un arte, un negociado totalmente distinto al del cemento y las pistas rápidas, lo demuestra una simple estadística: Roland Garros despidió en su primera ronda a dos de los semifinalistas del Open de Australia, el chileno Fernando González -perdió 6-2, 6-2 y 6-4 ante Stepanek- y el estadounidense Andy Roddick, que cayó frente al ruso Andreev por 3-6, 6-4, 6-3 y 6-4. Que la lluvia altera lo demuestra otra consulta a los almanaques: ya se han retirado seis tenistas del torneo. Nunca antes se habían vivido tantos abandonos en la primera ronda de Roland Garros.