"Hay que reconciliar a los ciudadanos con el Ayuntamiento"

Patxi Lazcoz (Pamplona, 1965) se perfila como el nuevo alcalde de la capital alavesa tras el histórico triunfo de los socialistas en Vitoria, salvo un acuerdo entre el PP y el PNV que se antoja imposible. El PSE ha sido la lista más votada en reñida pugna con el actual alcalde en funciones, Alfonso Alonso (PP). Lazcoz, quien consiguió el respaldo de 33.853 ciudadanos (el 31,9%) y nueve concejales, acumula ya 16 años de experiencia como concejal, tanto en tareas de gobierno como de oposición.

El triunfo socialista en Vitoria abre la puerta también a un hipotético pacto de gobierno con el PNV en el Ayuntamiento y en la Diputación de Álava, pero Lazcoz elude, por ahora, los pronunciamientos taxativos. "El mensaje que ha transmitido la ciudadanía en estas elecciones es que quiere un cambio y un entendimiento entre los partidos para que la ciudad progrese y vaya hacia adelante. No puedo aceptar ninguna instrucción ni orden que vaya en contra de esta demanda popular, porque sería un fraude a la sociedad vitoriana".

"La capacidad de afrontar grandes retos debe ser sobre la base de la estabilidad institucional"

Lazcoz recalca que el gran resultado logrado en Álava es un homenaje a Fernando Buesa (asesinado por ETA en el año 2000). "Seguro que hubiera sido el hombre más feliz del mundo si lo hubiera visto. El mejor homenaje que le puedo hacer es convertir la política en el Ayuntamiento en un referente de convivencia, de respeto entre diferentes".

Para ello, la primera meta que se ha marcado cuando ocupe efectivamente la alcaldía es "reconciliar a los ciudadanos con el Ayuntamiento". En su opinión, el incremento de la abstención es una consecuencia del clima de crispación y confrontación que se ha vivido en el consistorio en los últimos cuatro años, donde el "veneno de la política nacional" ha campado a sus anchas. "Se ha abierto una brecha importante entre el Ayuntamiento y la sociedad. Y la confrontación ha sido una estrategia premeditada del PP. La pretensión del PP era mantener a su electorado muy caliente, desde las tripas, no desde la razón, y ha tratado de sacar ventaja de la abstención".

Después de que el PSE haya llevado a Alfonso Alonso a los tribunales, acusándole de irregularidades urbanísticas, un pacto de gobernabilidad con el PP se antoja complicado. "Es cierto que la coyuntura acompaña poco. Pero no tanto por esas irregularidades. La dificultad con el PP estriba en que se trata de una formación que ha roto todos los puentes de interlocución con sus adversarios políticos. Se ha quedado solo porque lo ha buscado de manera consciente. Han hecho una política de tierra quemada". Lazcoz recuerda cómo un día antes de las elecciones acusaban a los socialistas de "vender Navarra, de meter terroristas en las instituciones, de entregar Álava a los nacionalistas", y un día después de los comicios "volvemos a ser constitucionalistas. Eso no lo entiende nadie".

En cuanto al PNV, el otro interlocutor cualificado del PSE para formar gobierno, Lazcoz recuerda que en Álava los candidatos nacionalistas pusieron encima de la mesa de la campaña el Plan Ibarretxe, un lastre, dice, del que tendrán que desprenderse si quieren que fructifique algún tipo de pacto con los socialistas. "Una parte del electorado del PNV no quería ver otra vez la división en la sociedad. Tenemos dos interlocutores principales (PP y PNV) que vienen con unas dificultades objetivas para negociar".

Su esperanza pasa porque, al menos, pueda recomponerse la idea de que "los grandes proyectos de la política municipal deben quedar al margen de las posturas partidistas", tal y como ha ocurrido esta legislatura con la política de vivienda. "Nos encontramos en un momento histórico para la ciudad y la capacidad de afrontar grandes retos debe ser sobre la base de la estabilidad institucional, que después se podrá conformar de diferentes maneras. Por encima de la poltrona, está la estabilidad institucional".

La aspiración de Lazcoz es blindar los grandes proyectos de la ciudad, como el soterramiento del ferrocarril y la construcción de la estación intermodal. "Son dos proyectos que no los puede asumir el Ayuntamiento solo. Necesita de la colaboración de los gobiernos vasco y central. No es lo mismo presentarse ante una institución con un respaldo de diez concejales, que tener detrás a todo el consistorio. No hace falta otro socio, pero sí cambiar de manera radical la forma de hacer política", afirma Lazcoz.