Acción Nacionalista Vasca gana 25 alcaldías y logra mayoría relativa en otros 15 pueblos

La izquierda abertzale obtuvo el domingo uno de los mejores resultados de su historia si se suman los 94.718 sufragios logrados a través de las listas legalizadas de ANV en Euskadi y Navarra y los 97.058 votos nulos registrados, convenientemente restados los nulos técnicos. El vacío de los últimos cuatro años no ha roto la fidelidad del votante radical, que ha permitido a esta formación mantener intacto su mapa de apoyos electorales. ANV exigió ayer a los partidos vascos que dejen vacantes los cargos que corresponderían a Batasuna según los votos nulos.

ANV ganó el domingo en 31 ayuntamientos vascos (en 17 de ellos con mayoría absoluta) y nueve navarros (ocho de ellos con mayoría absoluta). Uno de los principales líderes de Batasuna, Pernando Barrena, asumió como propios los resultados y concluyó: "La izquierda abertzale es hoy más fuerte que hace cuatro años política y electoralmente".

En conjunto, la izquierda abertzale logró el domingo unos 187.000 votos, sumando los que recibieron las listas municipales autorizadas de ANV y los registrados como nulos en el País Vasco y Navarra. Se trata de un resultado que roza la cota superior de los conseguidos por los radicales en sus mejores tiempos -Euskal Herritarrok (EH) rebasó los 220.000 en 1998 y 1999 sólo en Euskadi-, una demostración de fidelidad inusual en el comportamiento habitual del electorado. Los cuatro años pasados como fuerza extraparlamentaria no han borrado la estela de la izquierda abertzale, que se ha mantenido presente con sus campañas de coacción a las que ha sometido sistemáticamente al resto de partidos por ocupar lo que estimaba sus escaños "robados".

La ilegalizada Batasuna recibió 94.718 votos en las dos comunidades a través de las listas no anuladas de ANV y registró 97.058 sufragios nulos. Si de estos últimos se restan los cerca de 4.000 nulos técnicos equivalentes en anteriores consultas, el resultado obtenido, 187.000 votos, es superior al que consiguió hace dos años en las últimas autonómicas en las que se presentó bajo las siglas de EHAK.

ANV ha sumado en Euskadi y Navarra bajo el patrocinio abertzale 437 ediles (337 vascos y 100 navarros), además de cuatro apoderados en las Juntas Generales de Álava y uno en las de Vizcaya, donde pudo presentar algunas listas. Si sobre esa cifra legal se calcula la representación que hubiese correspondido a los votos nulos, la izquierda abertzale hubiese podido sumar 282 ediles más y 19 miembros de los parlamentos provinciales en sus listas anuladas; en total, 719 cargos electos.

Barrena consideró "extraordinarios" los resultados de ANV porque reflejan un crecimiento en todos los territorios y añadió que la anulación de la mitad de las listas de Acción Nacionalista Vasca ha tenido un "efecto bumerán" que ha beneficiado a la izquierda abertzale. Barrena completó su análisis electoral diciendo que los votos son "187.000 bofetadas" al Gobierno y a "su política de ilegalización".

El secretario general de ANV, Antxon Gómez, se mostró menos entusiasta que Barrena en la lectura de los resultados. En su primera comparecencia, ayer en Bilbao, advirtió de que no se puede producir un "segundo pucherazo" y exigió a los partidos vascos y navarros que respeten la decisión de los electores en las urnas y cedan a la izquierda abertzale los alcaldes y concejales que hubiera alcanzado sin la anulación.

En realidad, ANV exige la aplicación del artículo 182.2 de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG), que regula el acceso a los consistorios de ciudadanos sustitutos si dimiten los elegidos. Se trata de una reivindicación que Batasuna ha mantenido durante estos cuatro años a través de una presión constante, organizando campañas de persecución -bajo el insulto sistemático de lapurra ("ladrón") en pintadas callejeras o en los plenos- a los ediles o junteros que ocupaban los cargos que la formación ilegalizada consideraba suyos.

Los mejores resultados los cosecha Batasuna en Guipúzcoa, como era de esperar. En este territorio, donde las listas forales de ANV habían sido anuladas, los 72.880 votos nulos la convertirían en la segunda fuerza política, por delante del PNV, al que relegaría a la tercera posición por 1.000 votos. La representación del 21,6% que obtendría en Guipúzcoa con los votos nulos equivale a la que solía registrar cuando era legal, y duplica a la registrada en Vizcaya y Álava, donde alcanza poco más del 11% del electorado.

Tras cuatro años, Batasuna ha podido demostrar también que mantiene sus feudos municipales. Con insignificantes modificaciones, teniendo en cuenta que ha transcurrido una legislatura en blanco, la formación abertzale recupera, vía ANV, sus municipios principales con similar apoyo al que tenía antes. La mayoría más significativa de este poder municipal está en Guipúzcoa, donde sus votantes no han sucumbido al cansancio, ni han emigrado al nacionalismo moderado o se han decantado por la nueva coalición formada por EB y Aralar.

Feudo 'abertzale'

Estas mayorías guipuzcoanas de Batasuna siguen asentadas en varios de los municipios más poblados de la comarca de San Sebastián, en competencia con el PSE, que se sitúa como segunda fuerza en varios de ellos tras haber desplazado al PNV, principal beneficiario en los últimos cuatro años de la ausencia radical.

Las localidades de Pasaia, Lezo, Oiartzun, Hernani o Usurbil, que circundan a la capital guipuzcoana y tuvieron alcaldías netamente abertzales, son ahora, de nuevo, feudo de ANV, mientras que San Sebastián, Rentería, Irún y Lasarte, las cuatro ciudades más pobladas de la provincia, permanecen con alcaldías socialistas.

Ambos partidos se reparten así la primacía en el corredor de la comarca de San Sebastián, la que acoge a la mayoría de los habitantes de Guipúzcoa.

Esta implantación en las zonas urbanas próximas a la capital no ha restado el apoyo que tradicionalmente tiene Batasuna en la Guipúzcoa del interior. Allí ANV ha recuperado los municipios de Mondragón y Bergara, ayuntamientos clave por ser cabecera del asentamiento del movimiento cooperativo con su importante empuje industrial, en los últimos años gobernados por la coalición PNV-EA.

En los pequeños pueblos de la comarca guipuzcoana de Tolosaldea, donde la izquierda abertzale ha gobernado de forma polémica en ocasiones, regresa en la forma de ANV o a través de listas de independientes.

Entre estas localidades destaca Lizartza, donde Batasuna ha querido castigar a su alcalde, el dirigente del PNV Joseba Egibar, quien no se presentaba de nuevo como candidato y solicitó al electorado abertzale que emitiera el voto en blanco para así evitar que el Partido Popular, su contrincante, que necesitaba superar el 5% de los votos emitidos para acceder a la alcaldía, lo consiguiera. No le han hecho caso y los 27 votos obtenidos por el PP le permiten acceder y gobernar este consistorio de mayoría social radical.