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Juan Antonio Alcaraz | Consejero delegado de Astroc

Un financiero para Astroc

"Si alguien encarna la antítesis total y absoluta de Enrique Bañuelos es él", dice un directivo que le conoce desde hace años. Él es Juan Antonio Alcaraz, recién nombrado consejero delegado de la convulsa inmobiliaria Astroc, después de que llamaran a su puerta accionistas inquietos de la empresa valenciana como las familias Abánades y Nozaleda y los empresarios Carmen Godia y Amancio Ortega. Alcaraz se había relacionado a fondo con ellos y con sus sociedades desde sus responsabilidades en materia de banca de empresas del Banco Sabadell. Por oposición a Bañuelos, que fuera considerado un auténtico rey Midas del ladrillo español, Alcaraz encarna la imagen del gestor amante del perfil bajo, la del hombre introvertido, recto y discreto del que no se conocen grandes anécdotas, la de la gente de orden que practica el ser honesto y, además, parecerlo.

Pero el nuevo consejero delegado de Astroc sí se parece en algo a Bañuelos, el presidente. Según su entorno, es de corte ambicioso. Dijo que a Astroc cuando tuvo claro que sus poderes ejecutivos en la inmobiliaria no se quedarían cortos.

Juan Antonio Alcaraz, de 45 años, es un financiero de pura cepa, con infalible olfato y empuje comercial. Nació en Madrid, donde además se formó -primero se licenció en Administración y Dirección de Empresas por el Colegio Universitario de Estudios Financieros (Cunef) y más tarde cursó un programa de dirección en la escuela de negocios IESE-, pero es casi un catalán de adopción. Ha rechazado oportunidades profesionales fuera de Barcelona. Y ya desde antes de vivir en Cataluña era rabiosamente culé. El Barça, su familia -tiene seis hijos- y la montaña -si se pierde, se le encuentra en el Pirineo- son las tres pasiones que se le conocen.

Su trayectoria profesional arranca en la extinta Arthur Andersen. Desde esta firma saltó a la banca, apenas con 27 años, de la mano del antiguo Hispano, que acababa de crear una división de banca de empresas. Alcaraz creció profesionalmente al son de las fusiones; primero, entre el Hispano y el Central, y luego, ya con el Santander. En paralelo, creó la red de oficinas de empresas, fue responsable de la dirección territorial de Aragón entre 1995 y 1998, y después fue responsable de la Red de Banca Comercial y Banca de Empresas en Cataluña del grupo. Hace cuatro años fichó por el Sabadell, desde donde importó sus relaciones con grandes compañías, donde impulsó la banca corporativa y de inversión y donde creó una unidad de negocio inmobiliario que le acercó al que se ha convertido en su nuevo sector, en pleno cambio de ciclo.

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