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Crónica:Fórmula 1 | Gran Premio de Mónaco
Crónica
Texto informativo con interpretación

Alonso lanza el puño

El español bate a Hamilton en el último intento y logra una 'pole' crucial en un circuito en el que es casi imposible adelantar

Es sabido que en Montecarlo la pole position vale ya media victoria. No es posible equivocarse ni en la estrategia ni en la conducción y hace falta una concentración extraordinaria para concluir sin incidentes. Pero, en un circuito en el que es dificilísimo adelantar, salir el primero resulta crucial. Así lo ha sido al menos en las últimas tres citas en el Principado, en las que ganaron quienes lo hicieron: Alonso (2006), Kimi Raikkonen (2005) y Jarno Trulli (2004). Tan significativo como éste es otro dato: en los últimos diez años no ha vencido nadie que no estuviera entre los tres primeros en la parrilla.

Tal vez por eso, cuando cerró con el mejor tiempo la última sesión clasificatoria, Alonso quiso demostrar toda su alegría: se subió al capó de su coche y lanzó hacia el cielo su puño cerrado. Mostraba una gran sonrisa. Un gesto que delataba ilusión no sólo por encabezar la marcha, sino también por haber rebasado en el último intento a Lewis Hamilton, su compañero en McLaren-Mercedes. Era algo que necesitaba. Especialmente, después de que el protegido de Ron Dennis le hubiera superado en los dos grandes premios precedentes y en la clasificación del Campeonato del Mundo por dos puntos.

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"No hay guerra entre los dos", afirman los dirigentes de McLaren. Pero sí una rivalidad que incluso traspasa los límites de la cordialidad. A Alonso no le han gustado varios detalles en la pista y fuera de ella. Como ganador nato que es, no soporta perder, y menos aún contra su compañero, que lleva un coche igual que el suyo. Encajó mal el hecho, que le contaron, de que en su box hubiera gritos de júbilo y aplausos cuando Hamilton le adelantó en la primera carrera, en Australia, y que luego se diera por descontado que es tan aspirante al título como él. Tan mal que ayer, cuando Alonso no mejoró el tiempo del británico en su primera tentativa en la tercera serie de la cronometrada, ya no hubo júbilo ni aplausos. A algunos mecánicos se les escapó una sonrisa, pero hubo uno que, al verse delatado por una cámara de televisión, optó por bajarse la visera de su casco para no mostrar sus sentimientos reales.

"Estoy contento por haber logrado en este circuito mi primera pole con McLaren", dijo Alonso; "creo que es muy importante en esta carrera. Tal vez habría logrado mejor tiempo si Rosberg no me hubiera perjudicado en las tres o cuatro últimas curvas [iba delante de él]. Pero no podemos olvidar que los puntos se ganan el domingo por la tarde, no el sábado".

Hamilton, que cometió su primer error en un gran premio el jueves, en los entrenamientos libres, intentando batir a Alonso, afirmó que haber tenido que adelantar a Webber en su última vuelta rápida también le hizo daño. "Perdí medio segundo e hice el mismo tiempo que con el depósito lleno", indicó; "estoy en la primera línea, pero la primera curva no será lo mismo que si luchara contra los Ferrari".

Nadie se cree esto. El convencimiento general es el de que, si nadie les frena en el equipo, y no parece probable, la batalla será total desde la primera curva para hacerse con el liderato. Allí se jugará la carrera. Y nadie piensa que Hamilton vaya a arrugarse ante Alonso ni que la presión de ser debutante en la F-1 pueda con él. "Eso no le ocurrirá", comenta Alejandro Núñez, piloto de las World Series que coincidió con él en la F-3; "es muy fuerte de cabeza".

Fernando Alonso, durante la sesión clasificatoria de ayer, en una curva cerrada.
Fernando Alonso, durante la sesión clasificatoria de ayer, en una curva cerrada.REUTERS

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