Empleo y tráfico dominan el plan estratégico para Santiago

"Hacer de Compostela la puerta de la Galicia dinámica e innovadora". Así comienza el dibujo del futuro de Santiago, esbozado sobre papel en el Plan Estratégico de la ciudad. La presentación del documento, que diagnostica las necesidades de la capital, se ha aplazado hasta el próximo mes de junio, cuando pase el revuelo electoral. Pero lo que ya sabemos es que el principal objetivo deberá ser "estimular la creación de empleo, fortalecer el tejido empresarial y atraer nuevas inversiones".

La movilidad es otro aspecto que no tarda en aparecer en el informe. 40.000 personas residentes fuera del municipio se desplazan todos los días para ir a trabajar a Santiago y la gran mayoría escoge el coche particular como medio de transporte, colapsando junto con los vehículos de los residentes las carreteras de la ciudad. Los 100.000 coches que cada día circulan por las vías compostelanas superan en número a los propios censados.

Parte de la solución para aliviar el tráfico, considerado por los compostelanos como el mayor de sus problemas, pasa por una fuerte inversión en infraestructuras. El objetivo es claro: aliviar la saturación de la rotonda de la Galuresa, que soporta el paso de 60.000 vehículos cada día. El nuevo vial Sar-Pontepedriña ya absorbe, según fuentes municipales, el 46% del tráfico de la carretera de Ourense. Pero falta construir el túnel que unirá Cornes y el Hórreo y finalizar el cuarto giro de Cornes, lo que permitirá circular entre Pontepedriña y Conxo sin necesidad de pasar por la sufrida rotonda.

Un solo supermercado

En el casco histórico compostelano es muy fácil encontrar un restaurante donde comer una mariscada y, en cambio, es casi misión imposible hacer una fotocopia o intentar hacer la compra. Baste como ejemplo que de los 180 comercios asociados a Compostela Monumental, sólo hay un supermercado que sirve a los más de 4.000 habitantes del centro de la zona vieja. Los propios comerciantes están de acuerdo con esta idea de un comercio variado y diverso aunque "para ello tienen que darnos facilidades". Los vecinos, por su parte, reclaman más aparcamiento alrededor de la zona protegida.

En cuanto a la vivienda, el metro cuadrado cuesta en Santiago 1.660 euros, lo que significa que los compostelanos pagan un 13,7% más que en 2005. Aunque tiende a disminuir, la oferta de inmuebles continúa siendo superior a la población compostelana, estancada en los 93.000 habitantes. Un año más, serán menos de 100.000 las personas que se dirijan a las urnas el próximo domingo.