La tesis de cuanto peor, mejor
José María Aznar quiere confirmar la predicción según la cual si bien la historia se repite dos veces lo que primero es tragedia vuelve más tarde como farsa. A cinco días de las elecciones, Aznar recrea la tragedia que siguió al atentado del 11-M, setenta y dos horas antes de las generales del 14-M. Aunque no era el candidato del PP, Aznar lo decidió todo como si lo fuese. Y su derrota, claro, fue el resultado de un golpe de Estado.
El paralelismo actual es tremendo. Aznar copa la escena y relega a los protagonistas de esta elección a actores de reparto. Pero lo que fue tragedia ahora es farsa. Tras su catilinaria, los actores se movilizan para controlar el daño.
¿Ha sido para tanto? Claro que sí. Aznar ha venido a decirle a Rajoy cómo hay que hablar en campaña, poniendo el broche de oro. En argot inglés, duck soup, o sopa de ganso, pan comido, coser y cantar. Vamos que eso está hecho...
En Calatayud sostuvo Aznar que Zapatero quiere "volver a algo tan peligroso y tan simple como lo siguiente: que media España no acepta a la otra media. Eso que nos condujo a lo peor de nuestra historia hace 70 años. Es el esquema político que quiere repetir ahora".
La solución: "Y por eso quiero pediros que estas elecciones no os olvidéis de eso porque cada voto que no venga al PP será utilizado justamente para esa política de exclusión. También va a ser un voto para consolidar la presencia de los terroristas en las instituciones". Rajoy pulió la frase: "Zapatero pide el voto para ceder ante ETA, yo para derrotarla".
En la película Sopa de Ganso, Groucho Marx dice:
-Claro que lo entiendo, incluso un niño de cuatro años podría entenderlo. ¡Que traigan a un niño!
Es la conducta de Aznar con su carta a este diario. Lo que dijo está claro: un esquema (léase Segunda República) como el que, según él, intenta ahora Zapatero, condujo a lo peor (guerra civil) y es necesario impedirlo (votando al PP y no a ETA). Dejando de lado su peculiar comprensión del golpe de Estado de 1936 -que lo fue- la idea de Aznar ahora es: cuánto peor, mejor. No es Aznar dado a aclarar las cosas. Se ve obligado a aceptar la realidad del grave error cometido al advertir que endosa una factura a su partido. Y al caerse del guindo pretende culpar a los demás.
Porque, ¿no reprocha Aznar a Zapatero que "al menos" les diga a los españoles lo que quiere hacer? Y entonces, ¿por qué cuando aclara sus palabras no asume su error en lugar de acusar a Jesús de Polanco en esta historia? El 22 de marzo, Polanco dijo, a preguntas de un accionista en la junta del PRISA: "En un momento en el que, me permito dar una opinión personal, hay quien desea volver a la guerra civil; en que acabamos de ver una manifestación pública que es el franquismo puro y duro puesto en imágenes de televisión...".
El PP declaró acto seguido un boicot al Grupo PRISA que mantiene tras varios meses. Y ahora Aznar irrumpe con la historia de hace setenta años. La realidad, lejos de desmentir la opinión personal que Polanco aportó en la junta de accionistas, la acaba de confirmar, por segunda vez. Con creces.
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