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Elecciones 27M

La campaña se crispa en la recta final

Los socialistas atacan con la corrupción y los populares intentan amarrar el voto 'blavero'

Populares y socialistas han decidido revolucionar los últimos tres días de la campaña electoral. El PP porque teme morir de éxito con su estrategia de adormecer la campaña electoral. Tanto que las principales víctimas pueden haber sido sus propios votantes. Ante esta eventualidad, la dirección popular intensificó ayer las llamadas a la movilización y reforzó los argumentarios para captar el voto blavero y el voto del miedo a un cambio de gobierno. Los socialistas no se quedaron atrás. Pidieron la movilización ciudadana para frenar la corrupción y el despilfarro y entraron sin complejos en la lucha cuerpo a cuerpo con los populares.

Los socialistas resaltan en sus anuncios los escándalos de Fabra en Castellón

Populares y socialistas realizaron ayer el cambio de ritmo a la salida de la última curva. Derecha e izquierda saben que se juegan el gobierno en el esprín final, en el que gana quien más votantes consiga movilizar.

Los socialistas valencianos sustituyeron ayer las cuñas publicitarias de sus candidatos por las que llaman a la movilización de los electores. "El domingo, vota por el cambio en la Generalitat....".

Pero, además, reforzaron con argumentos como la corrupción la necesidad de que los electores progresistas acudan a votar el próximo domingo en favor de un cambio de gobierno. En Castellón, los socialistas insertaron anuncios como los siguientes: "¿Tiene usted 600.000 euros repartidos en 94 cuentas? El presidente de la Diputación del PP sí y además las declaraciones de la renta le salieron a devolver. Paciencia, a partir del 27 de mayo esto no pasará ¿Alguien le ha regalado una finca? Al vicepresidente de la Diputación del PP, sí. Doce. Paciencia a partir del 27 de mayo esto no pasará".

La publicidad socialista obligó al alcalde de Castellón, el popular Alberto Fabra, a improvisar unas cuñas radiofónicas asegurando que no consentirá que nadie utilice el nombre de Castellón para ensuciarlo y calificando de vergonzosa la campaña socialista.

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En Alicante, el propio presidente de la Generalitat y candidato a la reelección, Francisco Camps, aventaba el voto del miedo ante un auditorio de empresarios. "Ojalá no ocurra. Lo digo como ciudadano", espetó al ser preguntado por la posibilidad de que la izquierda gobierne tras el 27-M, informa Rosa Biot. Camps alertó sobre las "aventuras extrañas" de los otros partidos y aseguró que cuando gobernaban los socialistas en la Generalitat, la Comunidad Valenciana no aparecía "ni en los partes meteorológicos". Ahora, contrapuso Camps animado por tan receptivo público, "si hace falta me traigo Wimbledon con la Duquesa de Kent".

El candidato popular dijo que si gobierna un tripartito habrá una "moratoria política que no se merece la Comunidad Valenciana" que será el "tiempo necesario para ponerse de acuerdo". "Un follón espectacular", resumió ante un auditorio entregado. Durante su intervención en el Foro Económico Financiero de la Fundació Vives, Camps dejó claro que, a diferencia de Eduardo Zaplana, los límites de su ambición política son los de la Comunidad Valenciana. "Les pido que confíen en mí", reclamó.

En Valencia, además del voto del miedo, el PP reforzó su argumentario blavero para evitar fugas de votantes a partidos regionalistas. Entre otros, el consejero de Agricultura alertaba de las aviesas intenciones de la izquierda de imponer a los valencianos la bandera catalana. "Todos en Valencia tienen que votar al PP", sentenció.

El PSPV-PSOE necesita una alta participación y en conseguir este objetivo consume las últimas horas de campaña, en la que se espera por lo menos la presencia de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, la del secretario de Organización del PSOE, Pepe Blanco, y la del ministro Jordi Sevilla. El partido reforzará su llamada a la movilización estos dos últimos días redoblando su presencia en las calles. El candidato a la presidencia de la Generalitat, Joan Ignasi Pla, se rodeó ayer de cabezas de lista del área metropolitana de Valencia -conocido como cinturón rojo por la hegemonía socialista en sus ayuntamientos- para recordar que gobiernan poblaciones importantes y que lo hacen bien.

Carmen Alborch, candidata socialista a la alcaldía de Valencia, respondió a su contrincante popular Rita Barberá, después que el día anterior la retara a pronunciarse sobre los grandes eventos. "Estamos a favor de la Copa. El único pero es que este evento no haya servido para mejorar las condiciones de los barrios del entorno, por ejemplo los Poblados Marítimos", dijo Alborch, que retó a Barberá a un debate cara a cara. Del circuito de F-1 la socialista dijo que prefiere Cheste al circuito urbano y de Mestalla dijo que está con su grupo municipal, que ha presentado alegaciones por el exceso de volumetría y por la permuta de terrenos.

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