¿Qué hay de lo mío?
El debate organizado por la Federación de Asociaciones de Vecinos con los candidatos se limita a una sucesión de preguntas
Más que un debate entre los cinco alcaldables que tienen representación en el consistorio actual era una sucesión de preguntas concretas respecto a cuestiones y proyectos más concretos todavía. Pocos asuntos generales de ciudad o de política municipal y muchas cuestiones / reivindicaciones que afectan a determinados colectivos o zonas de la ciudad.
El debate que organizó ayer la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) en el Ateneo Barcelonés se convirtió en un encadenamiento de preguntas, primero, y de respuestas, después. Asociaciones de vecinos, al 50%, y otras entidades sociales, con otro 50%, realizaron 12 preguntas precedidas, en muchos casos, por una introducción. Los candidatos tenían que contestar no cada pregunta, sino tomar notas y responder en 10 minutos a todas las cuestiones planteadas, que, según dijeron, no conocían con anterioridad. El moderador del debate, el periodista Antoni Bassas, recordaba a cada uno de ellos el tiempo que le quedaba. Poca cosa más pudo hacer, porque precisamente por el formato del debate no tuvo que hacer de moderador entre los candidatos.
El que tampoco se quiso perder el debate fue el Supervivienda, que aguardó a que los vecinos formularan sus preguntas para subir al escenario vestido de amarillo -se disfrazó dentro de la sala- e intentar lanzar su discurso particular. No lo consiguió porque el público de la sala -llena a rebosar, se quedó gente fuera-, después de reírle inicialmente la salida, acabó gritándole: "¡Fuera, fuera!". También consiguió colarse en el turno de preguntas -porque la suya no le fue aceptada inicialmente- la Plataforma AVE por el Litoral.
Entre las preguntas formuladas hubo muchas sobre los proyectos urbanísticos más contestados por el movimiento vecinal: la reforma del barrio de la Barceloneta, la transformación de la plaza de las Glòries, Can Ricart, la anunciada reforma del complejo del FC Barcelona, el desarrollo de la futura Sagrera y el paso del AVE por el centro de la ciudad. Otras incidían en la política de suelo, la participación ciudadana, la inmigración -la formuló SOS Racismo-, la contaminación ambiental y el peligro de las antenas de telefonía.
Hubo una intervención que más que preguntar fue toda una declaración antitodo: antipolítica de vivienda, antiordenanza, no a la especulación... La formuló un representante del colectivo La Torna.
Curiosamente, nadie se interesó por la seguridad, un asunto que algunos candidatos a la alcaldía de Barcelona consideran capital.
Con semejante panorama de preguntas, cada candidato contestaba más bien lo que quería. El resultado no gustó al público -gran parte de él formado por los equipos de asesores de los candidatos y representantes de las asociaciones y plataformas varias-, que no evitó críticas al modelo. Para cerrar el debate, la presidenta de la FAVB, Eva Fernández, alertó del peligro de la abstención: "No sabemos entusiasmar a la gente".
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