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Crónica:Verdades estadísticas | Elecciones 27M
Crónica
Texto informativo con interpretación

Hay un método en su locura

Javier Sampedro

La ministra Elena Salgado presentó el pasado marzo una Estrategia en salud mental del Sistema Nacional de Salud acordada con todas las comunidades autónomas, en un raro ejercicio unánime de racionalidad científica. La psiquiatría española ha pasado del furgón del subdesarrollo a la primera clase internacional en sólo un cuarto de siglo, pero ésa es una medicina que sólo se ocupa del 1% de la población: el que padece esquizofrenia o trastorno bipolar, las dos enfermedades mentales clasificadas como "graves" por los organismos internacionales, y las únicas que tradicionalmente se han considerado merecedoras de una consulta.

Pero ese porcentaje de población sube al 10% en cualquier país occidental si se añaden al cómputo la depresión, la ansiedad, las fobias y otros trastornos que casi nunca llegan al especialista; por tanto, se quedan sin diagnosticar y sin tratar. Siendo un problema que afecta a cuatro millones de personas en España, parece obvio que sólo se podrá gestionar en atención primaria, y ése es el principal objetivo del nuevo plan.

El porcentaje de la mortalidad total que se debe a las enfermedades mentales exhibe notables oscilaciones geográficas, con los dos extremos de la distribución separados por un factor de seis veces. Y la provincia de los mil récords -conexiones a Internet, casillas aconfesionales del IRPF, pisos peninsulares de alquiler, audiencias cinematográficas- también lo es en esto: la mortalidad barcelonesa por enfermedad mental alcanza el 5,6%.

Alguno ya estará pensando en la tramontana, "el viento de más allá de las montañas" que hostiga esporádicamente la costa catalana, pero lo cierto es que ni Tarragona ni Girona (con un 4,0% por barba) alcanzan esas cotas censuales de mortalidad mental, ni mucho menos las Islas Baleares (3,2%), que también reciben de vez en cuando la caricia del célebre ventarrón del norte.

Las que siguen a Barcelona en ese indicador no son sus compañeras de tramontana, sino Álava (5,0%) y Soria (4,6%). Y su récord absoluto tampoco es deudor de su condición de gran ciudad, puesto que Madrid no pasa de un parco 2,9%. Hay un método en la locura de Barcelona, pero no sabemos cuál es. ¿Alguna idea?

La cordura brilla por su lado y sin impedimentos en las soleadas y dispares Sevilla (1,4%), Cáceres (1,3%) y Badajoz (0,9%).

Pese a la cateta tradición local de los chistecillos del diván, los trastornos mentales son cualquier cosa menos una broma: cuestan en España más de 3.000 millones de euros al año, según estima Sanidad, entre fármacos, gastos de hospitalización, pérdida de horas de trabajo, pensiones de invalidez y muertes prematuras, y suponen para toda Europa una carga de enfermedad mayor que el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, que sin embargo son las dos grandes causas de muerte en todos los países desarrollados -en España, el 27% de la población muere de cáncer y el 35% de infartos, trombosis y demás crisis cardiovasculares-.

A continuación, nuestro muy querido espacio A ti te encontré en un Blog, hoy con Conistorsis el onubense: "En el fútbol, las masas formamos parte del espectáculo. Seguro que si pusieran cámaras para grabar cómo bostezamos iríamos más al cine".

Capaz que sí.

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