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Miles de personas protestan en China contra la política del hijo único

La política de hijo único causa cada vez más rechazo en China. Mientras, por un lado, los nuevos ricos se saltan las leyes y pagan sin más las multas que son impuestas a quienes no respetan los controles de planificación familiar, por otro, campesinos y otras clases desfavorecidas están plantando cara a las autoridades para rechazar la medida. Miles de personas mantuvieron el pasado fin de semana violentas protestas y se enfrentaron a la policía en el sur de China, en rechazo a la campaña lanzada desde hace tres meses por el Gobierno local para sancionar de forma estricta el incumplimiento de los controles de natalidad. Los residentes de media docena de municipios de la provincia de Guangxi reaccionaron con ira por las penalizaciones y la confiscación y la destrucción de bienes llevadas a cabo por las autoridades contra quienes han tenido más hijos de los que permite la ley, según informa la prensa de Hong Kong.

Los habitantes del condado de Shabei se levantaron el sábado contra los funcionarios y la policía. Durante las manifestaciones, derribaron el muro que rodeaba las oficinas gubernamentales, y quemaron coches, motos y parte del edificio. Protestas similares tuvieron lugar el viernes en Shuiming.

Castigos severos

Los empleados del departamento de control familiar habían exigido a las parejas que tenían demasiados niños que pagaran, en castigo, entre 600 y 60.000 yuanes (de 58 a 5.800 euros), en una región donde muchos campesinos no ingresan más de 1.000 yuanes (97 euros) al año. Quienes se negaron vieron cómo los funcionarios arramblaban con sus pertenencias o las destruían. "Eran como los invasores japoneses durante la guerra. Requisaron todo lo que pillaron, y destruyeron o derribaron las casas si la gente no podía pagar la multa", declaró un aldeano llamado Wu a la agencia Reuters.

La política de hijo único, puesta en marcha en 1979, limita a uno el número de descendientes en las ciudades, y a dos, si el primero es una niña, en las zonas rurales. Pero el incremento del nivel de vida en las urbes ha provocado que cada vez más matrimonios opten por pagar la sanción y tengan un segundo y hasta un tercer hijo. La normativa es también vulnerada en el campo, donde las familias buscan un descendiente masculino con el que asegurarse la vejez por la falta de un sistema de seguridad social y pensiones. Según algunas informaciones, las autoridades locales endurecieron la aplicación de las leyes de control familiar.

El Gobierno y expertos universitarios han asegurado recientemente que China vivirá un auge de la natalidad por las frecuentes infracciones de los controles y por el hecho de que los jóvenes que se casarán en el futuro pertenecen a su vez a un baby boom. Se prevé que la población china alcance 1.500 millones de personas en 2033, frente a los 1.300 millones de la actualidad.

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