La gestora halla propiedades ocultadas por el GIL

Marbella siempre da sorpresas. La última: que su ayuntamiento posee una gran cantidad de plazas de garaje, fruto de convenios con constructores, otros tantos trasteros, pisos y algunos chalés de lujo. De momento se sabe que la ex concejal Carmen Revilla, imputada en el caso Malaya, vivió en un apartamento municipal una buena temporada. La gestora de Marbella ultima los preparativos para culminar el inventario de bienes municipales, algo a lo que obliga la ley, pero que en esta ciudad no se hacía en los últimos 15 años. El valor inicial de los bienes ronda los 542 millones, aunque el cálculo se ha hecho sobre precios no actualizados, y buena parte están embargados por deudas de los gobiernos del GIL.

La relación de bienes está formada por 10.700 fichas entre las que destacan unos terrenos cerca del centro comercial La Cañada, propietario del constructor granadino Tomás Olivo, aparcamientos, vehículos o naves que no conocían y que estaban alquiladas por terceros. Los encargados del inventario han descubierto que uno de los inmuebles con más historia del núcleo de San Pedro Alcántara, el Trapiche de Guadaiza, es de propiedad privada y no municipal, como siempre se ha pensado.

De los 542 millones de euros del cálculo inicial, las construcciones ascienden a 66 millones; el suelo, a 42 millones; las zonas de uso público están valoradas en 209 millones; y las de servicio público, en 225 millones.

La inmensa mayoría de los bienes están embargados por el BBVA, entidad con la que el presidente de la Gestora, Diego Martín Reyes, ha llegado a un acuerdo que permitirá el desbloqueo de algunas de ellas. El Ayuntamiento tiene bloqueados siete centros educativos, dos tenencias de alcaldía, un polideportivo y la sede de Planeamientos 2000, una de las sociedades municipales, entre otras cosas.