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Entrevista:Enrique Nóvoa | ALCALDE Y CANDIDATO DEL PP POR OURENSE | Elecciones 27M

"Me votará mucha gente que no es del PP"

Enrique Nóvoa (Cudeiro-Ourense, 1953) despacha las entrevistas con la agilidad de quien responde a un cuestionario. "Venga", espolea al interlocutor cuando apenas ha acabado de responderle a una pregunta. Tiene, de hecho, cola de reporteros en la antesala de la alcaldía en estos días de mítines y callejeo, así que el alcalde-candidato tiene prisa por echarse al asfalto en donde recibe "tanto afecto, tanta proximidad". "Es que no puedo decir eso de que la calle es mía", conjetura, "pero sí que la calle es mi hábitat". Y, anticipándose a la primera cuestión, él mismo se define: "Estuve a punto de nacer detrás de un mostrador, así que sé bien lo que es el comercio; desde muy pequeñito sé lo que es el trabajo".

"Cuando entré en el Ayuntamiento, en 1995, no podía deshacer mis empresas. Ahora sí, me he dado cuenta y lo he parado"
"El empleo es mi principal preocupación. Los orensanos somos tan trabajadores que nos rifaban por Europa adelante"

Pregunta. Empezó como electricista y ahora es alcalde y constructor.

Respuesta. Sí, empecé con la electricidad y tuve la suerte de trabajar entonces para gente importante que ha hecho muchas cosas por esta ciudad, como Franqueira, Emilio Suárez, Modesto Prada, Caíto... ¡He aprendido muchísimas cosas de ellos!

P. ¿Y de ahí le viene su interés por la política?

R. Como soy una persona que no hago esfuerzo ninguno para relacionarme, con la gente siempre estuve metido, en líos no, pero en responsabilidades sociales: en la directiva de clubes deportivos, de la asociación de electricistas... Bueno, que estuve en el mundillo porque siempre creí en Ourense y le dediqué toda mi energía. Eso te da algo, no sólo ver los toros desde la barrera.

P. Y eligió el PP, cuando tengo entendido que procede de una familia de izquierdas.

R. ¡Ah!, ahí me pillas. Pues porque mi relación más directa, que era en lo empresarial, era con gente que estaba en el centro-derecha. Conocí a personas como Manuel Cabezas, cuando él trabajaba como ingeniero y era director de obras en las que yo hacía algunas instalaciones, y a otros empresarios orensanos. Los conocí a todos, aunque quien apostó por mí realmente para la política fue el presidente provincial, José Luis Baltar.

P. ¿Este oficio suyo es su sambenito en política?

R. Sí, sí, por supuesto. Alguien intentó reprochármelo, menospreciándolo, pero en mi carné de identidad sigo figurando como electricista. Podría colocarme como empresario, pero prefiero decir que soy electricista.

P. ¿No se cuestiona éticamente que un regidor se dedique a la promoción inmobiliaria?

R. Tengo que decir que si volviera a nacer volvería a hacerlo. He tenido la suerte de poder iniciar 14 proyectos empresariales y en la construcción no especuladora. Porque yo he hecho negocios con varios socios, pero también con los propietarios de los solares y eso se llama permuta. Lo que pasa es que es muy difícil de trasladar a los demás. Ahora ya no ejerzo. Mi trabajo fue siempre lícito. Haciendo las cosas bien no pasa nada porque en la vida también hay constructores legales. Yo empecé en la construcción en el año de los mundiales [1982] y entré en el Ayuntamiento en 1995, y tampoco podía guardar las empresas. Ahora sí, ahora me he dado cuenta y lo he parado.

P. No ejerce de constructor, pero en su condición de miembro del grupo de gobierno le ha recalificado una parcela a un socio dándole un buen beneficio

R. ¡Pero es que eso no es cosa mía! A lo largo de mi vida he tenido más de 50 socios, pero más, con nombres y apellidos, y desde que he dejado de ser socio de cada uno de ellos, les deseo la mejor suerte del mundo. Y, además, no se le favoreció más que a otros polígonos de la zona.

P. ¿Por qué en las contrataciones del Ayuntamiento aprueban masivamente los hijos de cargos del PP?

R. Sobre eso tengo que decir una cosa y es que no formé parte del tribunal. Yo no soy funcionario, respeto mucho a los funcionarios. Yo no sé si los otros candidatos son funcionarios y cómo entraron. No sé si entraron con contrato laboral o con un contrato fijo; no me importa. Podría decir algo sobre eso, pero me voy a callar. Simplemente digo que no sé si son empresarios, constructores o funcionarios. Yo no lo soy y mi mujer tampoco, es ama de casa.

P. ¿Piensa cambiar esa política de contrataciones?

R. Lo tengo clarísimo. Las personas que entran en el Ayuntamiento tienen que ser las más competentes que haya y las que más se lo merezcan. Habrá algunos que tengan vinculación con el PP, claro, porque la mayoría de esta provincia tiene vinculación con el PP. Y tengo datos de las últimas oposiciones y sólo el ocho con algo por ciento tienen vinculación directa con el partido y eso entra dentro de los parámetros de gente que está arrimada al PP en esta provincia. Esto pasa en A Coruña, en Pontevedra y en Santiago. Nunca me preocupé porque, por mi convicción, entran los más preparados.

P. ¿No cree que el problema es que en Ourense no hay apenas más empleo que el que generan las administraciones?

R. No puedo entender que le pregunten esto a una persona que ha creado cientos de puestos de trabajo. Y no tuve nunca un conflicto laboral a lo largo de 35 años en mi empresa. Puedo presumir de una cosa: soy amigo, pero amigo, de los todos los trabajadores que pasaron por ella. He aportado algo a la sociedad y no sólo predicando, sino dando ejemplo. Y digo ya que si mañana no soy alcalde, volveré a mi actividad empresarial, porque no sé hacer otra cosa. Me gustaría decir que nunca, nunca, nunca, insultaré a los otros candidatos. El día que me tenga que agarrar a eso es que ya no tengo más recursos, que ya no creo en mí.

P. ¿La falta de empleo es la principal carencia de Ourense?

R. Esa es la preocupación más grande que tenemos los orensanos. El Ayuntamiento en esto no puede estar solo. Tenemos que vincularnos todos. Los orensanos somos muy trabajadores, nos rifaban por Europa adelante y hemos dejado el listón muy alto.

P. ¿Ourense tiene la autoestima baja?

R. No. Nosotros tenemos que creernos el potencial que tiene Ourense. Por eso tiene que haber también líderes políticos que sean capaces de presentar programas y proyectos. Porque los ciudadanos están ahí. Y aunque ese potencial, como el de las termas, lo estábamos tirando, ahora es un tren que ya hemos puesto en marcha. Lo ha hecho el PP.

P. Éstas están siendo unas elecciones a cara de perro. ¿Le tocaron las peores?

R. Creo que hasta el 27 no están decididas, pero llevo meses en la calle y pienso seguir, ir a todos los rincones. A mí la gente me para, me da su afecto. ¡Cruzar la Plaza Mayor me lleva media hora!...

P. ¿Y no cree que el poder crea muchos adeptos?

R. Es que no es de ahora. Ya he dicho que casi nací detrás de un mostrador y que tengo un contacto muy especial con la gente. Noto que me quieren. No tengo que hacer ningún esfuerzo para hablar con la gente. Siempre doy la cara, incluidos los momentos en los que he fallado. ¿Quién dio sino la cara en un problema de Estado como el que hubo aquí con las vacas locas?

P. ¿Hizo amigos?

R. Descubrí que cuando no le fallas a la gente, te queda una relación de amistad para toda la vida.

P. ¿Cómo afronta la campaña, ahora que el PP tiene menos medios?

R. Este partido es impresionante. Tiene una base de militantes y simpatizantes tremenda. Una maquinaria de hombres y mujeres que, cuando se ponen en marcha, es extraordinario. Pero soy consciente de que tengo que hacer una campaña personal.

P. ¿Independiente del partido?

R. No. Me refiero al contacto con la gente. No puedo explicar más, aunque voy a decir algo: me votará mucha gente no es del PP y que nunca le ha votado.

P. ¿Y eso?

R. Lo sé, porque ven en mí a una persona cercana y a un candidato serio y que tiene pedigrí. No puedo decir más. Pero mucha gente me dice: no somos del PP, pero cuenta con nuestro apoyo porque creemos en ti. Sé que lo dicen en serio, porque yo miro a la gente a los ojos. Yo siempre miro a los ojos. Pero el granero de votos está en la militancia, eso lo tengo claro.

P. Le acusan de salir con ventaja porque el PP lo colocó tres meses antes de las elecciones en la alcaldía cuando era usted el sexto de la lista

R. Efectivamente, en 1991 fui en las listas de este partido de número veintiuno o veintidós. Y he trabajado muchísimo. En 1995 fui de número 14 y la clave era mi puesto porque si yo salía concejal, Cabezas era alcalde. Después fui de número 4 y, en las últimas de quinto. Y ahora, porque el partido lo ha decidido así, sin yo mover nada, me dijeron que yo sea el candidato. No lo pensé ni cinco segundos, me sentí el hombre más orgulloso del mundo.

P. ¿Cuando dice que lo decidió el partido, quiere decir que lo decidió Baltar?

R. A mí quien me lo comunicó fue Baltar. No sé si él tiene que hablarlo con alguien o no. Entiendo que me llamó valorando el trabajo de los últimos años, porque he sido una pieza clave en planes como la recuperación de las márgenes del Miño y en las áreas termales.

P. ¿Cabezas le perjudicó al no dejarle antes la alcaldía?

R. No lo entiendo como una faena. Le estoy muy agradecido porque una decisión personal me ha permitido ser alcalde de los orensanos casi cuatro meses. Eso me ha dado la posibilidad de estar en la primera línea y me ha dado un grado de conocimiento más grande. Pero en el trabajo poco ha cambiado.

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