Todos contra todos
El cruce de ataques entre los partidos en la pugna por el voto rebasa lasalianzas de izquierda y derecha
La pretensión inicial de los partidos de la izquierda de plantear el debate electoral como una confrontación con el bloque de las derechas sólo ha aguantado la mitad de la campaña. Desde ayer, la pugna se ha convertido en un todos contra todos, en el que los partidos aliados en el Gobierno catalán disputan también entre sí, además de con los de la derecha. El combate conjunto de la derecha contra el tripartito gobernante en Cataluña y la oferta de pacto lanzada el viernes a Convergència i Unió (CiU) por el líder del PP, Mariano Rajoy, no han evitado tampoco que sigan cruzándose ataques entre ambas fuerzas.
El presidente del PP catalán, Josep Piqué, se dedicó a hurgar donde más les duele a los nacionalistas. "No es normal que Mas aparezca por la mañana diciendo una cosa y por la tarde salga Duran Lleida a decir otra muy diferente", declaraba en Lleida, a donde acudió para participar en el Aplec del Cargol, como los líderes de los demás partidos. Piqué se refería al intento del presidente de CiU, Artur Mas, de introducir la lucha contra el terrorismo islamista en la campaña electoral. Piqué atribuía el "nerviosismo" de CiU a que los últimos sondeos no le ofrecen expectativas halagüeñas en algunos de los principales ayuntamientos que dirigen, como el de Tarragona. A su vez, los nacionalistas, sin rechazar la oferta de Rajoy ni aceptarla, la utilizaron para poner también el dedo en la llaga por la que sangra el PP. No es una oferta pensada para estas elecciones municipales, argumentó Artur Mas, sino para salir del "aislamiento" en que el PP está en toda España, porque no encuentra aliados en ninguna parte, ni en las elecciones locales y autonómicas ni en las legislativas.
Los socialistas pusieron un altavoz a la evasiva con la que CiU ha respondido a la oferta de Rajoy. Subrayaron que deja abierta la posibilidad de reeditar la mayoría de derechas en el Ayuntamiento de Tarragona, si los resultados lo permiten, o formarla en otros lugares. El candidato del PSC a la alcaldía de Barcelona, recordó que los gobiernos del PP presididos por José María Aznar "marginaron a Barcelona" y este partido acaba de dejar claro que "por ellos no quedará" si se trata de formar mayoría con CiU para echar a la izquierda del gobierno municipal barcelonés.
Las chispas entre los partidos no han saltado sólo en función de enfrentamientos locales, que en algunos casos son muy duros y reñidos. Surgen también de la pugna para cambiar la relación general de fuerzas o para mantenerla. El líder de Esquerra Republicana (ERC), Josep Lluís Carod, lo formuló con una claridad meridiana. El voto a ERC servirá, proclamó, "para bajarle los humos al PSC" y para que los dirigentes socialistas "no vayan tan sobrados".
Lo más significativo de la arremetida de Carod contra sus aliados socialistas fue que, pronunciada en el acto central de su campaña para el Ayuntamiento de Barcelona, un mitin en el teatro Romea de la capital catalana, llegaba un día después de haber cargado también contra su otro aliado, Iniciativa Verds-Esquerra Unida (ICV-EUiA) en Sabadell, una localidad en la que los ecosocialistas están en la oposición municipal. Carod intentó ridiculizarles resucitando un calificativo que solía emplear en otras campañas. Los ecosocialistas son la izquierda "hippy happy flowers". Es una forma de decir en inglés lo que en castellano se traduce como buenismo. Carod utiliza este argumento para criticar, en particular, el tratamiento de la inmigración que propone Iniciativa.
La candidata ecosocialista Imma Mayol salió al paso de Carod y le recriminó la actitud de Esquerra en el debate sobre cómo afrontar los retos que plantea la oleada de imigración. "Cuando la derecha adopta actitudes xenófobas, callan, y cuando nosotros hablamos de derechos de los inmigrantes, nos agreden", dijo.
El primer chispazo entre Mayol y los republicanos se produjo el viernes, en el debate por televisión de los cinco candidatos a la alcaldía de Barcelona. El candidato de ERC, Jordi Potabella, se desentendió totalmente de la gestión llevada a cabo por el gobierno municipal barcelonés, del que forma parte, en materia de vivienda, en un momento en que este asunto era objeto de duros ataques tanto de Xavier Trias (CiU) como de Alberto Fernández Díaz (PP). Mayol repitió ayer a Carod, a propósito del debate sobre la inmigración, lo mismo que le dijo el viernes a Portabella a cuento de la política de vivienda: "No es usted mi adversario, mi adversario es la derecha".
El desmarque de ERC y las consiguientes réplicas de Iniciativa son consecuencia de que los sondeos indican que está muy reñida la pugna por el tercer puesto en el Ayuntamiento de Barcelona, al que ambas fuerzas aspiran. El candidato socialista, Jordi Hereu, aludió a esta competencia entre sus aliados. Lo hizo para pedir a los electores que voten al PSC para darle "suficiente fuerza" ante la presión de los otros dos partidos de la izquierda. El argumento contrario al de Carod.
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