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Columna
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Mayoría o tumba fría

La derecha ya no se moviliza en torno al PP. El PP está hecho trizas. Recientemente, en Alicante, Rajoy tuvo que declamar su gastado repertorio de muletillas, en el Teatro Principal. La asistencia al acto no daba para más. Y es que la sangría entre campistas y zaplanistas los ha dejado para el arrastre. Los leales al ex ministro lloran su derrota enrolados en siglas de emergencia y en candidaturas de municipios ajenos. Pero del naufragio, aún pretenden salvar la Diputación. Lo que supondría una pérdida para la oposición y para Camps. Para un Camps al que ya le quedan pocos conejos para sacarse de la chistera. Su victimismo es sólo un recurso agotado. Y hasta la demoscopia, que le iba de cara, le ha hecho, de pronto, un corte de mangas, de acuerdo con un reciente sondeo de la Universidad de Valencia, encargado por la Fundació Societat i Progrés, y de "alta fiabilidad", que le otorga un máximo de 49 escaños, lo que le procuraría la condición de partido más votado, pero no la mayoría absoluta, frente a los del PSPV y del Compromís pel País Valencia, conjuntamente. De entre las ciudades con mayor población de nuestro País, Alicante está en el alero. El gobierno municipal de Díaz Alperi observa, de un lado, el desgaste objetivo e inevitable de sus doce años consecutivos de gestión. Pero, si además esa gestión es tan desastrosa, que hasta ha resultado incapaz de redactar, en tanto tiempo, el PGOU, con cuanto ello conlleva, y de abandonar los más elementales servicios, ganar estas elecciones es un empeño si no imposible, sí extremadamente difícil. Se percibe la decepción de los vecinos y hasta su indignación por el lamentable estado de la ciudad, por la falta de limpieza pública, por los transportes, por las barbaridades que se perpetran incesantemente. Y por si fuera poco, el alcalde y alcaldable Díaz Alperi anda empecinado con el plan Rabassa, que con el truco de que trata de promover viviendas populares, lo que se pretende es llevar a cabo una especulación intolerable, un disparate que tiene enfrente a la totalidad o a la mayoría de los partidos políticos y a los movimientos cívicos, como la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas. Por supuesto, este generalizado malestar se refleja en encuestas y sondeos de opinión. Alicante, la ciudad y sus ciudadanos, no soportarían otros cuatro años, con un gobierno así, tan propicio a la arbitrariedad y a los abusos. En el debate de Canal 9, en el que intervinieron los cabezas de listas municipales, por el PP, PSPV y EU, Luis Díaz Alperi, Etelvina Andreu y José Antonio Fernández Cabello, las cosas quedaron muy claras. Mientras el aún alcalde se limitaba a decir vaguedades, tópicos y simplezas, la candidata socialista le dio un buen repaso, en materia urbanística y en honestidad política; mientras, implacablemente, el aspirante de EU ponía sobre la mesa dato tras dato, y argumento tras argumento, profesoralmente, le dio a Díz Alperi un suspenso rotundo. Y muy merecido. Dentro de una semana cálese la conciencia y la responsabilidad cívica y cántele las verdades.

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