La inmigración enfrenta a derecha e izquierda

Cómo se integran los inmigrantes, cómo se evita el rechazo si faltan los servicios. Y más cuestiones sobre la inmigración fueron el plato fuerte del último debate televisivo a cinco bandas entre los candidatos a la alcaldía de Barcelona. Con posturas radicalmente enfrentadas, mientras el bloque del actual tripartito defendía buscar fórmulas de integración y reconocer derechos -como el derecho al voto, que defendieron Iniciativa per Catalunya y ERC-, el Partido Popular argumentó que los inmigrantes en situación irregular "tienen derechos", mientras que los demás "tienen obligaciones y deberes".

La inmigración se ha convertido en uno de los polos centrales del ecuador de la campaña electoral. Y ayer ocurrió algo parecido en el segundo debate televisivo a cinco bandas, en el que no faltó alguna acusación de xenofobia dirigida hacia el presidente del Partido Popular, Alberto Fernández Díaz, después de que afirmara, entre otras cosas, que la llegada de 200.000 trabajadores extranjeros en los últimos años es consecuencia de la política "permisiva" del tripartito de Barcelona y de que el voto inmigrante "sólo les interesa a ustedes porque les votarían", dirigiéndose a Imma Mayol.

La cabeza de lista por ICV defendió el derecho al voto de la inmigración que lleva unos años -cuatro o cinco - ya afincada. Esquerra Republicana también vio coherente esa posibilidad. El socialista Jordi Hereu evitó pronunciarse y salió por la tangente de que "Barcelona se ha hecho siempre con gente que ha venido de fuera". Mayol recriminó a Hereu que los socialistas retiraran su apoyo inicial a una proposición no de ley en el Congreso para reconocer el voto de los extranjeros: "No la respaldaron por falta de coraje".

La inmigración la vieron en positivo los tres partidos del tripartito y no tanto la oposición. Mayol, por ejemplo, destacó que el 50% de la riqueza en la ciudad la generan los inmigrantes y que dos de cada tres contratos de trabajo son de extranjeros, "que nos pagarán las pensiones de mañana". Jordi Portabella (ERC) entró a la carga echando en cara al PP "la imagen distorsionada" que han dado el DVD de Badalona y los carteles de Castelldefels con actitudes incriminatorias de inseguridad a la inmigración. Hereu se abonó diciendo que la mayor entrada de aquélla se produjo "cuando ustedes gobernaban [en alusión al PP]", y defendió, además, que Barcelona "se convertirá en el modelo de referencia de integración de la inmigración en Europa". El líder socialista insistió en que la mejor forma de integrar es tener buenos servicios públicos "para todos".

En torno a la inmigración, Xavier Trias (CiU) empezó recriminando al Ayuntamiento que hace mal el empadronamiento de los trabajadores extranjeros -"como lo evidencian los pisos patera", dijo- y acabó advirtiendo de que "es peligroso que en algunos servicios, como las guarderías, se quiten las plazas para los de aquí y se den a los inmigrantes porque tienen menos. Lo que tiene que hacer el Ayuntamiento es tener más guarderías con plazas para todos".

Fue Alberto Fernández Díaz (PP) quien incidió más en los servicios que tiene la población inmigrada: "Unos [los autóctonos] tienen derechos y obligaciones, mientras que los otros [los extranjeros] sólo tienen derechos". "Lo que ha dicho incita a la xenofobia. Es indigno que diga que no pagan impuestos". Fue este capítulo el que resultó más acalorado en el debate.

En infraestructuras, la diferencia de pareceres más notable se produjo en torno al AVE. Sólo Hereu y Mayol se encontraron defendiendo el trazado ya previsto por el centro de la ciudad entre Sants y Sagrera, pasando al lado de la Sagrada Familia. Portabella no se alineó con esa postura y planteó el paso del túnel por la calle de Aragó. Trias remachó que si el AVE no va a parar en el paseo de Gràcia no tiene sentido que atraviese la ciudad y, en este caso, es mejor que vaya por el Vallès hacia Francia.

Lo que hicieron los gobiernos de CiU en favor de una política de vivienda y equipamientos animó en más de una ocasión el debate con acusaciones del bloque de izquierdas hacia CiU. Pero también hubo cierto fuego cruzado entre los republicanos y los ecosocialistas al abordar el asunto de la vivienda. Portabella echó en cara a Mayol "la falta de políticas de viviendas públicas y compra de suelo". A lo que la líder de ICV le espetó: "Nunca le he oído hablar de vivienda en los plenos del Ayuntamiento".