Tensos y a por todas

El segundo y último debate entre los cinco candidatos a la alcaldía de Barcelona llegó en el momento en el que todos aspiran a lograr una definición del alto porcentaje de electores indecisos detectado por los últimos sondeos. Y eso se notaba incluso en la tensión previa a la entrada en el plató de BTV donde se llevó a cabo el debate. En el primero, celebrado el 24 de abril en los estudios de TVE de Sant Cugat, los candidatos se lo tomaron casi como una fiesta. Les sirvió para tomarse las medidas. La tensión estaba aquel día fuera del estudio y la originó un grupo de afiliados de Ciutadans-Partido de la Ciudadanía, que protestaban porque su candidata no había sido invitada. Ayer tampoco lo fue, pero no hubo protesta alguna.

Desde aquel día ha habido también tres debates cara a cara entre los candidatos del PSC y de CiU, Jordi Hereu y Xavier Trias, respectivamente: uno organizado por EL PAÍS, otro por El Periódico de Catalunya y el tercero por Localia Televisión y la cadena SER. El desarrollo de estos tres debates y de lo que va de campaña han cambiado la situación. Hereu llegó a este punto con la necesidad de mostrar su capacidad de liderazgo. Trias, con la urgencia de aprovechar su última gran oportunidad para dar la vuelta a unos sondeos que le son adversos. Los otros tres candidatos, Alberto Fernández Díaz, del PP; Jordi Portabella, de ERC, e Imma Mayol, de ICV-EUiA, libran una muy reñida pugna para situarse en el tercer puesto.

La tensión inherente a esta situación, cuando quedan siete días de campaña electoral, se percibía ayer en la sede de BTV de Poblenou, en el debate organizado conjuntamente con TV-3 y retransmitido en directo por Catalunya Ràdio y COM Ràdio. Los candidatos empezaron a llegar a partir de las 20,35 horas. Estaba previsto que la primera en llegar fuera Mayol, como así fue, y luego todos los demás, en orden por el número de votos en las últimas elecciones. Portabella se hizo esperar y llegó el penúltimo. La disposición de los despachos y del camerino de maquillaje hizo que los candidatos y los equipos que les acompañaban apenas se vieran antes de entrar en el plató donde les esperaba el moderador, Josep Cuní.

Pero, aunque entre los candidatos imperó una relación muy correcta, no había la tranquilidad que caracterizó el primer debate a cinco, el de TVE. Esta vez se notaba que todos llevaban en la cabeza sus ideas acerca de cómo enfrentarse a sus rivales y cómo aprovechar la última gran oportunidad. Algunos de los colaboradores lo explicaron directamente, antes del debate. Esta confrontación va a reunir la mayor audiencia de electores a que puedan aspirar antes de la cita con las urnas, el día 27. Tal como han ido las cosas, en esta ocasión no está muy claro cuál es la bolsa de electores más afectada por la indecisión detectada por los sondeos. En algunas elecciones, los abstencionistas han sido más de derechas o más de izquierdas que en otras. Ayer, todos los candidatos ponían la cara de no estar muy seguros de que esta vez su opción estaba al margen de este riesgo. Entraron todos al debate poniendo cara de ir a por todas.