"Se acabó la miseria"
El Sevilla celebra en el Guadalquivir su segunda UEFA mientras Juande Ramos, su técnico, promete la Liga y la Copa
El Sevilla se paseó ayer por el mejor escenario que tiene su ciudad: el Guadalquivir. La plantilla sevillista aterrizó a las sietes de la tarde proveniente de Glasgow. Un autobús les trasladó a un barco que a su vez les llevó hasta la Torre del Oro. Desde allí, acompañados de decenas de miles de personas, los jugadores ofrecieron el trofeo recién conquistado, el tercero en poco más de un año, a la patrona de la ciudad en la Catedral, a la ciudad en el Ayuntamiento y a los aficionados en el estadio.
Del Nido ha prometido inversiones millonarias si también se conquistan la Liga y la Copa del Rey
El Sevilla se paseó ayer por el mejor escenario que tiene su ciudad: el Guadalquivir. Los jugadores aterrizaron a las siete de la tarde provenientes de Glasgow y un autobús les trasladó a un barco que les llevó hasta la Torre del Oro. Desde allí, acompañados de decenas de miles de personas, los jugadores ofrecieron la Copa de la UEFA, el tercer trofeo en poco más de un año, a la patrona de la ciudad, en la Catedral; a los sevillanos en el Ayuntamiento; y a los sevillistas en el estadio. Palop fue la estrella indiscutible, el hombre al que todas las gargantas reclamaban.
El presente del Sevilla es algo nunca vivido por la centenaria historia de la entidad y los millares de simpatizantes que ha congregado a lo largo de los años, algo ni siquiera soñado por la inmensa mayoría de esas personas. Pero el presente, por deslumbrante que sea, no es más que la víspera del futuro.
Económicamente, el Sevilla parece tenerlo. El pasado diciembre, el presidente, José María del Nido presentó ante la Junta de accionistas los números que certificaban la solidez económica de la entidad. Según la actual directiva, desde la llegada de Del Nido a la gestión de la sociedad, en 2002, el club ha pasado de deber 31 millones de euros a que le sobren 26 millones después de todos sus pagos y obligaciones. El presupuesto del club alcanza los 50 millones, más del doble que el de cinco años atrás, y los abonados superan los 41.000 para un estadio con un aforo de 45.500.
Del Nido se ha caracterizado por su estilo presidencialista y en demasiadas ocasiones incluso paternalista. Para construir un equipo campeón y un club con solvencia económica, decidió empezar por vender a sus estrellas futbolísticas. Los traspasos de Reyes al Arsenal en 2004 por algo menos de 20 millones, y de Baptista y Sergio Ramos al Madrid en 2005 por 20 y 27 millones respectivamente, sanearon la caja de la entidad de Nervión. La apuesta fue inmensa, pero con una inversión de unos diez millones el equipo no sólo no se debilitó sino que ganó la UEFA y la Supercopa. Del Nido sostiene que el Sevilla es un club vendedor y que aceptaría una oferta por cualquiera de sus futbolistas si ésta alcanza una cifra "fuera de mercado". Antes de que comenzara esta temporada, no aceptó los 16 millones que el Liverpool ponía encima de la mesa por Alves. El Sevilla sólo lo vendería por más de 20.
Los éxitos deportivos no sólo significan gloria deportiva y orgullo. La UEFA es una competición que exige llegar muy arriba para sacarle beneficios a los largos viajes de las primeras eliminatorias. No obstante, el Sevilla ha ingresado este año alrededor de nueve millones: 1,6 por ganar la Supercopa, 2,5 por la victoria en la final de la UEFA, a lo que habría que sumar algo más de un millón por los partidos disputados hasta llegar a Glasgow y alrededor de cuatro que el club calcula que le corresponderán por derechos televisivos. El presidente sevillista se subió a un autobús para arengar a los aficionados en las horas previas al partido frente al Espanyol. Una de las frases que enunció con mayor énfasis fue la siguiente: "Se acabó la miseria". Del Nido ha prometido inversiones millonarias si se redondea la temporada y acaba la Liga en el primer puesto de la tabla y/o conquista la Copa del Rey frente al Getafe. La apuesta económica también incluye la ampliación del estadio y la construcción de una nueva ciudad deportiva, y la posterior y jugosa venta de la actual.
El futuro deportivo se antoja igual de brillante, pero menos cuantificable. Aún no está claro que Juande Ramos, el técnico, siga al frente del barco. "Os esperamos, el 17 de junio [como campeones de Liga] y el 23 [como campeones de Copa] y por este año, ya está bien", dijo ante los millares de espectadores que se apelotonaban frente al Ayuntamiento. Tampoco se sabe nada del futuro de varios de los jugadores, como algunos de los más veteranos, o Poulsen, cuya cláusula es de tan sólo 10 millones, o el propio Alves, que podría recibir una oferta fuera de mercado.
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