El récord
Nos dejaron sin Juegos Olímpicos para el 2012, pero el madrileño es un pueblo que sabe sobreponerse a los infortunios y que no cejará en su empeño de convertirse en la capital mundial del récord. El día de San Isidro habría sido la fecha idónea para entrar en el Guinness con una marca castiza como el mayor atracón de gallinejas o la ingesta de chinchón más multitudinaria, pero, afortunadamente, tenemos una presidenta que se preocupa por nuestra salud haciendo como que inaugura hospitales y que nunca permitiría que pusiéramos en peligro nuestro sistema cardiovascular con estas bravuconadas.
Seamos realistas. Aun siendo sede olímpica nunca haríamos los 5.000 metros más rápido que un keniano, ni le colaríamos una pelota a un chino con el que jugáramos a pimpón. Por suerte, los madrileños tenemos nuestro propio deporte nacional, deporte en el que somos imbatibles. ¿Quién no se ha manifestado en alguna ocasión por las calles de Madrid en los últimos años? ¿Quién no ha acudido a la enésima manifestación del siglo? Si una figura del fútbol no puede jugar en un descampado embarrado tampoco los madrileños nos podemos manifestar en cualquier sitio. Sebastián se ha dado cuenta y se propone peatonalizar la Gran Vía. Por fin una gran avenida a la que poder llegar, participar en la mayor manifestación de la democracia sin miedo a los coches, ducharse y volver a casa con el deber cívico cumplido, unas infraestructuras dignas en las que batir récords sábado sí, sábado también.
Y es que hace bien don Miguel siendo previsor con estas cosas, que tal y como está el patio no sabemos si en 2012 serán los del equipo rojo o los del equipo naranja los que tengan que competir en el manifestódromo.
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