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Reportaje:Elecciones 27M

Alcaldesas y peregrinos

En Tossa de Mar, un pueblo de Girona, las mujeres han ocupado tradicionalmente la mayoría de los puestos en las listas electorales

El acontecimiento más importante de Tossa de Mar, un pueblo de Girona de menos de 5.500 habitantes, lo protagonizan, desde hace años y sin discusión, sólo hombres. Consiste en peregrinar cada 20 de enero con el traje tradicional a la iglesia más cercana de San Sebastià, el santo que en su día, dicen, libró a la localidad de la peste negra y ahora ayuda a superar las crisis. Son ellos los únicos que pueden alistarse para ser peregrinos, pero son ellas las que dominan las listas electorales. Los hombres peregrinan, las mujeres gobiernan. Y nadie lo discutía. Hasta ahora.

La reciente Ley de Igualdad obliga a que "los candidatos de cada uno de los sexos supongan como mínimo el 40%" en cada tramo de cinco puestos. Los partidos políticos de Tossa han tenido que hacer malabarismos para que les cuadraran los números, porque en este pueblo de pescadores, reconvertido en bomba turística, lo que faltan son hombres que quieran participar en política.

"Aquí los hombres no quieren líos, siempre tienen alguna excusa", dice uno de los candidatos

"Aquí, la mujer ha asumido históricamente el papel de administradora. El hombre pasaba la mayor parte del tiempo en el mar, en largas travesías a Cuba y Puerto Rico, y la mujer se quedaba al cargo de los niños, los mayores y la casa. El pasito siguiente era la administración de lo público, la política", explica la alcaldesa, Pilar Mundet (PSC), de 45 años. "Tossa es un matriarcado. El hombre no estaba y las mujeres se quedaban al frente. Nunca nos habíamos planteado calcular si era un 40%", afirma María Teresa Moré, veterana política de 64 años por la Agrupación de Electores de Tossa (AET) y regente del hotel Florida.

En el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Tossa que salió de las elecciones de 2003 y consecuencia de ese protagonismo femenino en las listas, hay ocho mujeres y sólo tres hombres. "Estamos muy unidos", asegura uno de ellos, Francesc Xavier Colomer, número dos en la lista del PSC. "Las señoras de la oposición van mucho a lo suyo y se imponen, pero yo sé que mi compañero de CiU no piensa como ellas", añade. "En Tossa, la Ley de Paridad va a venir muy bien, pero justo para lo contrario para lo que está pensada. Evitará que haya listas sólo de mujeres. Aquí lo que pasa es que faltan hombres. Es muy difícil convencerles para entrar en una lista, no quieren meterse en líos y siempre ponen alguna excusa", concluye.

Imma Colom, médico de familia y candidata a alcaldesa por CiU-AET, se queja porque ha tenido que "engordar" su lista para cumplir la nueva ley. "Precisamente este año nos habíamos planteado romper el paradigma de tanta mujer, así que pensé una lista con diez hombres y tres mujeres. Luego tuve que meter más mujeres para no dejar fuera a los hombres con los que me había comprometido, así que la lista pasó de 13 a 19. Y finalmente, tuve que cambiar los puestos. Me ha sabido mal, sobre todo por dos hombres que me hubiera gustado llevar más arriba. Les había prometido un número y luego les tuve que dar otro a favor de una mujer", explica.

Uno de los fichajes masculinos de la candidatura CiU-AET, José Antonio Hervías, camarero y estudiante de diseño industrial, de 29 años, explica: "Me vinieron a buscar y dije que sí. Ésta es la primera vez que me implico en una lista. Aquí siempre han dominado las mujeres, en la política, en las asociaciones de todo tipo... siempre han sido ellas las que tiraban del carro, pero yo creo que esta legislatura va a ser un punto de inflexión, de cambio".

María Teresa Moré, de AET, es partidaria de buscar listas con más presencia masculina: "A mí me daba un poco de vergüenza a veces, vernos a tantas mujeres y tan pocos hombres, en el hemiciclo. Queremos romper un poco esa imagen de gallinero. Yo misma iba a ir de número dos, pero cedí mi puesto a un hombre. Es bueno que haya cierto equilibrio porque los hombres y las mujeres tenemos prioridades distintas".

"Ellos son más reflexivos, más conservadores a la hora de hacer política. Tossa es un pueblo muy religioso y con muchas tradiciones. A nadie se le ha ocurrido nunca que fuera una mujer la que peregrinara representando al pueblo hasta la iglesia de San Sebastià y no hay ningún problema. Digamos que en Tossa habíamos hecho un pacto: las mujeres somos las alcaldesas, y los hombres, los peregrinos".

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